Melancolía recurre
de nuevo tus luceros verdes
acuden al pensamiento
como al estero la luz de un nuevo día.
¿Y de tus ojos?
¿Qué habrá sido de mis dos luceros?
Que nada corrompa su carne
que nada devore a mi cielo.
Imaginando tan solo
como vacías cuencas,
en donde cabía mi mundo
tan solo al verlos.
No puedo creer
que no vean el cielo
que no las flores del campo
como ahora las veo.
¿Y de tus ojos amor mío?
¿Qué ha sido de tu girasol dorado?
De los pequeños puntos café,
¿de las rayitas a los lados?
Triste es la vida del hombre
todo se corrompe al morir,
y sólo queda sufrir
imaginando tan solo
que un devastador gusano
desviste la hermosa piel.
¿Y de tus ojos?
¿Qué habrá sido de mis estrellas?
En la noche las veo
con destellos de luna,
el verde se cambió por el azul
como el mar y su espejo
que recurren al pensamiento
como a la playa las olas.
¿Y de tus ojos?
¿Qué habrá sido de mis joyas?
Nada quisiera ahora
tan sólo verme en los tuyos,
como un cocuyo en la noche
que alumbra entre más oscura.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, junio 12/14
Imagen: Yayita, un ángel en el camino.
- Autor: Raquel ( Offline)
- Publicado: 14 de junio de 2014 a las 01:51
- Comentario del autor sobre el poema: Cuando ya no estemos ni seamos carne, seremos como todos los que están con nosotros ahora, pero que tendrán el mismo fin: morir. Un sueño como la brisa, que no podemos ver,pero que seguiremos sintiendo en el corazón, la carne es sólo un estuche pasajero, para guardar el alma, después, ella será brisa, o perfume.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 52
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