Mis ojos se dieron por vencidos
de par en par no sostuvieron el torrente
y bajaron en chorrillos
rodando desconsoladas
¡Oh desconsoladas lágrimas de los otoños!
Mi valle árido, raído de abrazos, se bendice de tu rocío
lagrima mía
pues aun cuando los brazos van en pie feneciendo
Quedando extendidos
como ramas alzando al cielo las gracias
secos sin follaje, sin verdes hojas, sin fruto,
Enraizado esta mi suspiro
pues amo esta tierra mía, mi componente
fértil tierra maravillosa, pues añejos y en descomposición
un día nos extenderás tu hueco y fosa,
volver a tu vientre, humus y minerales
para abrigarnos eternamente,
y llegaran nuevos brotes, nuevas generaciones
dándote tiernas labores.
y sobre la superficie de tu rostro polvo de mis sueños
sobre tu perfume a lluvias frescas
me haré resaca, que el rio arrastra en creces
pensamiento,
aroma a campo y selva,
siendo solo un ultimo suspiro del alma
en los simples recuerdos.
Darío Ernesto Muñoz Sosa
Autor
- Autor: Darioernestomuñozsosa (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de junio de 2014 a las 10:19
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 201
- Usuarios favoritos de este poema: mariarl, Adelaida19
Comentarios3
Enraizado esta mi suspiro
pues amo esta tierra mía...
Hasta mis suspiros están enraizados cuando leo poemas tan bellos como este.
Saluditos,
Gracias Dulcinea mi amiga del alma
las letras
están allí,
desparramadas, añejas
mudas, sollozando
por rincones ilusos,
sin movimiento,
sin brillo,
algunas si las unes
¡Oh despiertan las vertientes salinas de tus ojos!
Encallan en lo profundo,
enraízan, producen desvelo, y suspiros.
Venciendo la muerte
en las noches de insomnio.
Darío Ernesto Muñoz Sosa
Autor
Tus sentimientos trascienden las fronteras de tu amor a la tierra para ser un canto a la vida misma.
Hermoso como lo describes. Un sincero saludo amigo.
Beatriz, de mi alma veniste a mi esta noche como el rocio abrigando mi alma que tiembla de otoños, ya los frios no son los mismos para un medio siglo, mas me refugio en consagrar mi huella que me queda a esta ilustre pasion de las palabras ...
las letras
están allí,
desparramadas, añejas
mudas, sollozando
por rincones ilusos,
sin movimiento,
sin brillo,
algunas si las unes
¡Oh despiertan las vertientes salinas de tus ojos!
Encallan en lo profundo,
enraízan, producen desvelo, y suspiros.
Venciendo la muerte
en las noches de insomnio.
Darío Ernesto Muñoz Sosa
Autor
abrazo desde Argentina, tierra del buen sol y del buen vino.
cuando el alma suspira te delata el corazon
De la abundancia del corazon , habla mi boca,
las letras
están allí,
desparramadas, añejas
mudas, sollozando
por rincones ilusos,
sin movimiento,
sin brillo,
algunas si las unes
¡Oh despiertan las vertientes salinas de tus ojos!
Encallan en lo profundo,
enraízan, producen desvelo, y suspiros.
Venciendo la muerte
en las noches de insomnio.
Darío Ernesto Muñoz Sosa
Autor
gracias que amable es hermoso
tu verso un abrazo con mucho cariño
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