Mi fiera, jugemos como dos felinos
sobre la tierra del campo.
Oculta la noche en tu cuerpo.
Y te agarro por la espalda,
desgarro y desgarro tu carne,
te hago mia sobre mis garras,
me hago un hijo tuyo sobre
tu pecho, y mis alas
salen crucificadas en tus
besos de la noche.
Te levanto sobre mis brazos
y te lanzo sobre una
atmósfera perdida.
La noche esta por comenzar
su canto majestuoso,
su remolino de amor.
Te hago mia, una avalancha
recorre tus dimensiones de cuerpo.
La ventana da su aire y es testigo
de nuestras almas juntas.
Tus besos de boca ardiente
son mi debilidad.
El fuego esta por lanzar
su ultima llama
sobre tu infinita naturaleza de fiera.
Te asecho como felino
con sus dientes saboreando su presa,
y te tengo en mi,
para no separarnos esta noche
tan silenciosa del crepúsculo nocturno.
Comentarios2
el acecho sin despecho
trae surcos de alegria
.
Saludos!!!
Y la lanza de lo tentador es el gozo del alma.
Saludos.
😉
por supuesto...
vaya verso niño
lindo amor
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