Cita en el trigo

Oscar Perez

Cita en el trigo

 

Ya no sé ni quién soy ni sé que quiero,

me miro en los espejos que se han roto,

me busco en callejones ya sellados

y en edificios que no tienen ascensores,

confiado estaba en ser lo que he soñado,

en no tenerle miedo a las estrellas,

en darme al porvenir como la gota

que cae del rocío y riega el fruto,

amando me viví, buscando el nombre

de un cielo que poblar con mis palomas,

con manos nada más a media tarde

ya asidas con la luz de quien las tome,

pero me he visto parpadear ante el abismo,

caer y preguntar cómo he podido

mentir y soportar el que me crean,

secar a tiempo el lagrimón antes de verte.

Aún feliz, me encuentro en plena noche

juzgando a las estrellas una a una,

perdiendo el porvenir entre suspiros

y ansiando mis almohadas en el viento.

Me busco pues adentro de mis labios,

en cada glóbulo de sangre, en cada gesto

de amigo, de admirable solitario,

de simple ser humano entre tinieblas,

aclaro que no es nuevo andar perdido,

que no es mi gran temor el no encontrarme,

que más bien dejo aquí sutil constancia

de todo lo que falta para dar conmigo.

Y extiendo invitación a completarme,

a vernos todos en el puzle que nos dieron,

la pieza está por algún lado de nosotros,

quizá esa boca es la que calza con ms besos,

quizá ese hueso es el que falta al levantarme

y aquellas alas las que debo devolver a las palomas.

Comprendo adonde voy, sé que no queda

desde el nacer más sitio que el ser plenos,

que el siempre preguntar por cada día,

qué frutos trajo, qué manchas en la mesa

y qué de libertad entre los pliegues,

sé que hay que convivir con las ausencias,

con la espina que, si no fue rosa, al menos

el color le dio al brotar la sangre de esa herida.

Y extiendo mi ilusión como las redes

del viejo pescador de soledades,

un pez atraparé, una hoja seca

o un viejo corazón, ya envuelto en fuego,

así me acerco a ti, rodeo el parque

hasta llegar a aquella plaza en que me siento,

si vienes, hablaremos, si soy libre

podremos decidir qué calle sigue.

Es todo una ocasión de ser felices,

no me dejes de buscar, querido niño,

fui todo lo que fuiste y hoy, por hombre,

te reclamo yo, que no sé nada y me pregunto

quién soy y quién seré, mientras jugamos.

Te quiero siempre más, sobremanera

cuando vienes y eres justo lo que el trigo

necesita de la tierra en que se mece:

un riego en que saber que el pan espera

y adónde ir cuando las dudas ya se alejan.

 

http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/

 

23 06 14

  • Autor: Óscar Pérez (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 23 de junio de 2014 a las 07:26
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 29
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