Y tu pelo huele a blues
Y al humo de un cigarro
Prendido en la hora pico de un bar
En belle epoque.
Y ya no importa si te despeino
Y me despeino.
Las ropas en el suelo son testigos
Del encuentro cósmico.
Tu rouge marcándome en rojo la piel
Y mis manos rodeando tu cintura.
Un beso que se corre de los labios hacia el cuello,
Las siluetas entrando en combustión,
El sabor del pecado se hace intenso
Y en el aire se percibe la humedad
De nuestros cuerpos.
Las cinturas se retuercen
En un ritmo caracol inexistente.
Sobre la mesa de luz una revista
Que no ha ser leída.
Una tenue luz se cuela por la ventana
Y la lluvia golpetea sobre el cristal;
Los leños se consumen en la chimenea.
¡Qué nos importa!
Tus dedos se deslizan
Por el sendero de mi espalda desnuda
Y mis ojos recorren el deseo
Que nos pertenece.
Y nos decimos todo sin hablarnos
Y entregamos en un suspiro el alma a un breve instante
En el que somos más nosotros, más uno.
Tu cintura y la mía piel a piel;
Las manos se entrecruzan
en ritmo vertical y cansador
y las bocas se rozan todo el tiempo.
EL rouge,
El olor de tu pelo,
Mis ojos,
Las ganas,
Todo puesto al servicio del encuentro.
Seremos uno solo en esta noche,
Y la mañana nos encontrará como desconocidos.
Jorge Leonardo Torrez
(Todos los derechos reservados)
- Autor: Leonardo Torrez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de junio de 2014 a las 18:14
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 27
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