No debo contarte lo que sucedió.

JAMJ

A quien le dejo todos los besos que voy dando

recorriendo cuerpos que tientan al pecado,

no debo contarte lo que me sucedió

cada vez que lo hago me acuerdo de ti,

siento que recorro tu cuerpo con pasión,

besos que envenenan hasta el fondo,

hasta lo más profundo, del corazón,

como humo que desvanece en el cielo,

pensando que estamos juntos,

recuerdo que estoy solo con unas espinas

que hacen sangrar pero me gusta como me dañan,

haciéndome cada vez más un masoquista,

que se pasa saciando el amor perdido

con cualquier mujer en el camino

yo no lo decido, pero así es el destino.

 

Entonces desperté, con mis ojos rojos

viendo esta absurda realidad,

ni siquiera la conozco,

y me siento muy bien para ser sincero,

no me pide nada y mucho menos dinero,

la quiero porque es como la luna,

solitaria y hermosa al borde del cielo,

llego a su recinto y con ella me encierro,

derrochamos placer hasta el amanecer,

me da de comer, un pan con cafe 

y para variar una taza de te,

me encanta como lo hace todo con amor,

todo honesto y sincero y me dice te quiero,

solo pienso, que hice con la que no me quiso

si aquí es mi lugar, en este maravilloso hogar.

 

Entonces me vi, siendo el ladrón de mariposas,

el que roba placeres, el que roba mujeres hermosas,

no quiero mentir, me gusta sentir el corazón con las manos,

para poderle decir, hermanos vivo con una diosa y la amo,

y no me arrepiento de haber robado lo que un día fue de el,

si no está aquí con ella, yo si estoy aquí, el se lo perdió,

ella llegó y me abrazó me dijo te amo y de pronto lloró,

la estreche en mis brazos le dije lo que te pase a ti me pasa a mi,

me dijo no pasa nada, solo estoy asombrada no quiero decir,

insistí preguntando que esta pasando,

me dijo te amo, nunca pensé que otro hombre me hiciera feliz,

entonces me estremecí, no creí entender aquellas palabras,

quede tartamudo y viendola a los ojos, me dio por llorar,

no recuerdo lo que le dije y la abrace, 

desde ese momento jure quererla y con ella me casé. 

 

Me bajó las estrellas de un puñetazo y junto a ellas me las bebí,

seduciendo con sabanas blancas, rápido caí

recorriendo su cuerpo con besos que el alma me dio,

ella me sintió, como fui explorando zonas prohibidas

como no necesitamos de drogas perdidas,

solo con nuestro amor, una guerra de bandos opuestos,

un altar de santos sin rezos, un cielo en la tierra,

un mar que estaba en nosotros, sintiendo líquidos finos,

esas sensaciones que saben a olvido, esos besos que huelen a vino,

un mar con fuego en la boca, dos cuerpos en cama sin ropa

porque ellos así lo decidieron, ser amantes que se entregan sin miedo,

que no se engañan que entienden que aman,

que no dañan y estrechan miradas, acongojando fijas miradas,

esas personas se quieren sin duda, en su amor no hay celos ni dudas,

se quieren y confían en si, así lo sentí, cuando en mis brazos desnuda la vi dormir.

Ver métrica de este poema
  • Autor: Jesús Alberto Martínez Jiménez (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 17 de julio de 2014 a las 02:31
  • Comentario del autor sobre el poema: Buenas letras desde mi perspectiva, que más podría decir.
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 79
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.