Fuiste para mi el incienso
que aromatizó mi vida.
Fuiste lampara encendida
que iluminó mi ilusion.
Fuistes el leño que ardió
para calentar mi almohada
y amaneciste mojada
regada por el amor.
Hoy, dejas mi corazón
vacío como una copa
Donde te tomaste el vino
y quebraste su cristal.
Como queriendo olvidar
el amor que por inmenso.
Nunca lo podras tirar.
- Autor: Javier Gamboa (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de julio de 2014 a las 10:06
- Categoría: Amor
- Lecturas: 104
- Usuarios favoritos de este poema: Hugo Emilio Ocanto,
Comentarios2
Instantes de amor, momentos de placer del corazón y el alma, después, la ausencia, un amor que no podrá olvidarse.
Bien, poeta.
Mi saludo.
Gracias Hugo, Tu comentario me aníma, Gracias amigo poeta.
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