En la madrugada soy un mar de dudas,
preguntas sin razón de ser
a las que respondes con tono de burla,
y que solo a ti te podría hacer.
Miremos más allá, mujer...
Dime cómo rompías mis silencios con tu risa
cómo podía esbozar sonrisas con tu mirada,
quiero que hoy te acerques a mi despacio, sin prisa;
vamos, contemplemos juntos esta noche estrellada.
Miremos más allá mujer...
adéntrate en mi alma y busca,
busca tú la razón de mi inmenso querer;
la que yo no pude hallar nunca.
Miremos más allá, mujer...
Aún fantaseo con tus suaves manos
aquellas que en la noche me acariciaban,
aquellas que arrasaban como tornados;
solo tú mi vida entera desordenabas.
Y miremos más allá, mujer...
Este corazón extraviado te anhela
anhela tu inocencia y tu elegancia;
un corazón que jamás decaerá en tu espera,
vuelve a encandilarme con tu tierna fragancia.
- Autor: Caos. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de julio de 2014 a las 19:08
- Comentario del autor sobre el poema: "Tengo una espina clavada en mi corazón. Una espina con nombre y apellidos, que me tortura cada día. Una espina que me hace recordar a cada instante. Recuerdos y anécdotas que espero quizás, solo quizás, algún día pueda retomar".
- Categoría: Amor
- Lecturas: 120
- Usuarios favoritos de este poema: mariarl, Lincol
Comentarios1
ya son dos yo tengo otra
besos bello
Amiga poetisa siento que sea así; pero aunque tengamos esa espina hay que mirar hacia adelante, aunque tengamos muy presentes los recuerdos.
Un abrazo amiga; Paula.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.