Por un instante mis pupilas
profanaron el núcleo del cosmos.
Vi peces muertos,
algas marchitas,
muelles decrépitos,
anclas oxidadas,
barcos deshechos, insepultos sobre la arena ardiente.
Vi un prolongado lecho de abrojos, antaño un lago,
y sobre su osario desvalido,
vi con dolor profundo erguirse un templo oscuro,
en que los hombres sedientos adoraban eternamente
las aguas.
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Autor:
Americo Treminio (
Offline)
- Publicado: 3 de febrero de 2010 a las 13:24
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 69
Comentarios2
Lindo Déjá-Vu este.
Ahora sos el dueño del recuadro que ofrece tu poema, poeta.
Abrazos!
Sento
..otro gran poema..
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