Tus luceros iluminaban el camino
eras mi musa, un suave destello
entre la inmensa sombra que adivino.
Tu boca, tallada y deliciosa
emergía de mis recuerdos
y me enloquecía en las noches silenciosas.
Me sigo perdiendo en tus curvas
aquellas que, impúdica
mi cordura de lleno aun perturban.
Tu sufrimiento era mi lamento,
tu alegría, también era mi alegría
y tu ignorancia, era mi mayor tormento.
Me brindaste tu corazón, inmenso y delicado
lo guié, lo asistí, lo protegí;
para que así jamás pudiera ser destrozado.
- Autor: Caos. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de julio de 2014 a las 20:54
- Comentario del autor sobre el poema: Tanto en la poesía como en la vida misma, debemos encontrar algo a lo que, desde la antigüedad, llamamos "musas". Aquellas que inspiran profundos sentimientos, que nos hacen enloquecer y que sin duda, hacen de nuestras obras las mejores creaciones.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 88
- Usuarios favoritos de este poema: matteo, ADOLFO CESAR MARCELLO, Jøsé Vrbina, Lincol
Comentarios1
Me ha encantado mucho su poema, es hermoso
Saludos
Gracias Rogelio!
Un abrazo compañero; saludos.
Paula.
No hay porque agradecer me han gustado varios de sus poemas, su talento es impresionante.
Pues puedes pasarte por aquí cuando quieras, para mi es todo un placer amigo. Y yo, si me lo permites, seguiré leyendo tus poemas; tienes mucho talento que con el tiempo irá aumentando.
Un placer tu comentario Rogelio; buenas noches.
Paula.
Gracias es todo un honor leer sus poemas.
Y muchas gracias por leer mis escritos y espero y le gusten.
Saludos
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