El destino que nos aguarda, como una puerta entreabierta,
De algún modo nos define. Habrá quien niegue a Dios, pero
Nadie a la muerte. Somos ese destino que nos espera. Somos
Un cadáver confeso y palpitante. Este mundo también lleva
Sobre sí un destino que nadie puede negar y que lo define.
Ir a la deriva de la oscuridad después de haberse hundido.
Somos lo que dejará de existir. Somos esa espera oscura
E inagotable de nuestro polvo sobre una sombra espesa.
Y sin embargo creemos que esta hora vale algo, que
El sol entibia nuestra mano y por ello existimos.
Es un engaño, quizás ya andemos vagando sobre esa
Nada naufragante y no lo sabemos. A mí me basta
Felizmente con saber que tuve tus labios junto
A mis labios y que nuestras manos se juntaron una tarde
Lejana.
- Autor: Joseph Octavius Moral Lope ( Offline)
- Publicado: 29 de julio de 2014 a las 00:33
- Categoría: Amor
- Lecturas: 790
- Usuarios favoritos de este poema: ADOLFO CESAR MARCELLO, Joseph Octavius Moral Lope
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