Estoy condenado a muerte y he decidido vivir, debo aprender a vivir ya que mi fin está cerca, y dedo aprender a enseñar.
Debo aprender del indigente el valor del cartón que le resguarda la cara nocturna.
Debo aprender del cariño de mi madre que no pregunta por qué lo siente.
Debo aprender de la hormiga que trabaja para todas las demás.
Debo aprender de la tierra que da sin esperar.
Debo enseñar a mi jefe que no necesito promesas monetarias para trabajar mejor, sólo requiero sentir que pertenezco y que la faena que juntos desarrollamos es una misión que la vida encomendó.
Debo pasar seis días sin dormir y dos durmiendo seguidos.
Debo tener valor como la madre humilde que explica a su hijo, arrodillada y viéndole a los ojos, que no tiene dinero para comprar.
Debo ser paciente como el niño que le responde secándole las lágrimas, que no preocupe, el pronto tendrá dinero para sacarla pasear y comprarle una casa grande.
Debo aprender a escuchar a la hierba que me reclama cuando la piso.
Debo estar tranquilo como el niño que observa desde la ventana del orfanato.
Debo escribir lo que siento.
Debo escuchar.
Debo hacerlo rápido porque estoy condenado.
- Autor: Eduardo Pessoa (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de febrero de 2010 a las 00:02
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 685
Comentarios7
Estás condenado a ser imperecedero, porque letras como éstas, forman un camino nuevo...
Aprender se aprende andando los caminos, y muchos deben aprender, a sentir, como tú sientes, amigo.
Un fuerte abrazo
Hermosa reflexión muy buena para tomarse en cuenta me encantó la forma en que la fuiste desarrollando y de corazón espero que solo sea inspiración y ganas de concientizar a la gente.
Que estés bien y recibe un sincero cariño.
Si vamos a eso, todos estamos condenados.... pero lo lindo es que hoy estamos vivos, hagámos que sea hermoso el camino
lindo poema nos hace pensar
un abrazo
taty
Es un mensaje para la esfera.
Un Poema que su letra debe tomarse de ejemplo para mirar el mundo como se debe,
Saludos,
Alviz Neleb
Hermoso y reflexivo poema amigo, no sé si sería la última voluntad de un condenado, o los pensamientos de su día anterior,,, a solas, meditando consigo mismo.
En lo único que no estoy deacuerdo es en que mi jefe no me suba el sueldo, las promesas monetarias.... al contrario, ellos te prometen que hay 20 esperando, dispuestos a cobrar menos jejeje y así trabajes más. 🙂
Un abrazo.
Debo tener valor como la madre humilde que explica a su hijo, arrodillada y viéndole a los ojos, que no tiene dinero para comprar.
Este hecho aparte de ser enormemente valeroso, debe ser de una tristeza, de una pena, de una impotencia infinita.
Un abrazo
SENCILLAMENTE HE APRENDIDO QUE DEBO LEERTE. TODOS ESTAMOS CONDENADOS A VIVIR, POR ESO HAY QUE VIVIR DIARIO COMO SI FUESE EL ULTIMO DIA DE NUESTRAS VIDAS.
FELICITACIONES , RECIBE MIS ABRAZOS.
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