Conciencia de lo nuevo (una experiencia distinta: un cuento). Primera y única entrega-

mercedesdembo



No me pierdo en el brillo de mi ser. Por el contrario éste se irradia al mundo y con él mi determinación interna para que todos nos sintamos iluminados.


Desperté en una camilla con un tubo en el brazo, el tubo era corto y estaba conectado al brazo de un hombre acostado en otra camilla; pude ver el líquido que salía de mi brazo y se corría hacia el brazo de esa otra persona.
No recordaba haber acudido al centro de donación de sangre, ni tampoco reconocí a la persona de la camilla.

Varias personas estaban de pie en un rincón de la pieza, ellas vestían batas blanca y tenían un estetoscopio alrededor del cuello; otras escribían en unos tableros que colgaban al pié de nuestras camillas.

Pensé entonces que se trataba de un grupo de médicos, los escuchaba en plena discusión, algunos hablaban fuerte y parecían no estar de acuerdo con algo; presté atención a ver si captaba algo de lo que decían:
- Esta chica es muy valiosa para los experimentos con chimpancés, tiene un tipo de sangre rarísimo, lo podemos aprovechar e inyectar a los que siguen - dijo un hombre en imponente tono de voz-.
- ¡Oiga profesor no he logrado la autorización de esta mujer para llevar a cabo el procedimiento! – dijo una joven-.
- ¿ Le hicimos firmar algún documento?- preguntó en tono exigente el profesor-.
- Eso va en contra de las regulaciones sanitarias y de salud y el código ético de la profesión- contestó la joven-.
- ¡Señorita, aquí no estamos para considerar razones éticas sino para investigar y experimentar!- dijo el profesor en forma enfática -
- ¡Profesor tendríamos que aislarla por completo para evitar cualquier riesgo de infección! - intervino otro muchacho del grupo -.
-¡ Luego se hará, luego se hará!- asintió firmemente el profesor-.
- ¿ Entonces qué hacemos con el hombre?- preguntó la joven-.
- Por lo pronto remplacen el tubo que los une por uno más largo; hay que poner distancia entre los dos para que se vayan acostumbrando a la separación y en un par de días ponderaremos la situación para proseguir con la próxima etapa.
La joven médico siguió las instrucciones y reemplazó el tubo por otro más largo.

Así de inmediato sentí el dolor de la separación y se me nublaron los ojos, también miré los ojos del hombre y me pareció ver que él también los tenía húmedos.

Me había puesto nerviosa, tenía la impresión que estábamos en algún laboratorio de experimentos genéticos y que estábamos siendo abducidos como sucede en los experimentos con conejillos de india; esa sensación se incrementó dado que nadie nos había solicitado permiso para que procedieran de esa manera, por lo menos no a mí.

El hombre desde el otro lado me hacía señales como preguntándome que ocurría, pensé igual que tampoco él sabía nada sobre el asunto. La joven notó mi ansiedad y puso su mano en mi hombro para calmarme; murmurando le pregunté:
- ¿Que está pasando, qué pasa que estamos aquí?, ¡No recuerdo en nada haber dado mi permiso para que me saquen sangre¡; ¡ siempre me han preguntado mucho antes de hacerlo! -dije-.
-¡ Cálmese señorita!, - dijo la joven-.
- ¡¿Pero cómo es que me voy a calmar?! , ¡ esto es una invasión a la integridad personal¡, ¡ y de ninguna manera lo voy a permitir ¡: ¡ Llame ahora ese a ese su profesor! -mi actitud era de indignación-
- Por favor no alce la voz, mire que el profesor se va a enojar y me va a castigar- lo dijo en tono sollozante-.
- ¡Déjeme levantar!; ¡voy a hablar con él!...,

Entonces traté de sentarme en la camilla, pero una asistente me impedía levantarme.
-¡ Mire, en la esquina izquierda hay un hombre corpulento, él es un guardia; si usted arma jaleo le amarrarán con fuerza¡- amenazó-.
-¡ Y usted cree que lo voy a permitir!- dije ofuscada-.
-¡ Cállese y escúcheme! -dijo la señorita - dentro de un momento voy a simular inyectarles un sedativo; simulen que estan dormidos y les prometo que saldrán de la sala como si fueran a regresar mañana.
- ¡De acuerdo!- le dije-.
- Ahora tendré que irme y volveré más tarde para ayudarles a escapar; y también estoy totalmente en desacuerdo de la forma que se conducen estos experimentos y por eso los voy a ayudar. Dejaré la ventana sin cerrojo y añadió- lo hago por si a caso me pasa algo y no pueda ayudarlos. Me llamo Sabine -agregó- y voy a ver el muchacho aquél, él se llama Pierre -agregó-, él es francés.
Ya estando ella junto a Pierre él me miraba; - .... tout va bien Pierre laisse toi faire le dije
Salieron todos y se apagaron las luces; solo quedaron prendidas unas lamparillas de noche.
Así me levanté y me dirigí hacia Pierre:
- Tenemos que salir de aquí enseguida- le dije-
- ¿A donde iremos?
- ¡Adonde sea le contesté!, lejos de esta gente que es peligrosa.
- Nos quieren separar.
- No es posible ya que siempre hemos estados unidos.
Entonces Pierre se acercó y me abrazó; yo también me abracé a él al percibí su fuerza interior y su calidez.

Quise que ese momento no acabara; me sentía muy complementada; la fuerza de lo nuestro era muy fuerte.



Ahí habían unas tijeras y un trozo de tubo de plástico sobre la mesa; estaban debajo de la ventana los tomé y Pierre encontró mi bolso y puso todo en su mochila en ese momento escuchamos pasos y gritos en el corredor, abrimos la ventana y nos escapamos.

Caminamos hacia un jardín hasta encontrar el portón que daba a una calle; nos fuimos con las manos enlazadas y pronto llegamos a un puerto.
No había tiempo ni de tomar aliento, nuestros perseguidores se acercaban y sin pensarlo mucho nos tiramos al agua tomados de las manos; nadábamos sumergidos aguantando la respiración sin subir a la superficie; como habíamos cortado un pedazo de tubo de plástico y eso nos sirvió como tubo de respiración inmediatamente después. Pierre entonces me señaló una apertura por una roca y ahí nos metimos, era una especie de cueva con mucha vegetación; ya dentro d la cueva el nivel del agua era bajo y pudimos caminar y respirar libremente sin los tubos.

-0-

Más tarde entramos a otra recámara de la cueva y el lugar se llenó de luz brillante!; las paredes estaban llenas de espectaculares obras de arte y nos asombramos; nos dimos cuenta que no estábamos solos, había algo muy tibio que emanaba de ese ambiente no fácilmente perceptible a la vista; volvimos a llorar y nos abrazamos; fue entonces que la intensidad del ambiente nos hacía sentir una profunda afinidad; la situación era de paz y armonía y una compenetración en todo.
Seguimos caminando por un sendero, como si alguna fuerza nos atrajera y al poco tiempo salimos a una plaza parecida a un mercado; en este lugar transitaban una gran diversidad de seres, algunos de ellos tenían parecido humano; otros vagaban como cuerpos transparentes y otros eran seres diminutos que lucían cabellos largos y brillantes; nos habían rodeado amistosamente y nos dieron la bienvenida. Uno a uno se fueron presentando, nos ofrecieron de beber y comer; cuando se movían parecía que flotaban irradiando una aura de luz y una pareja de ellos nos invito a estar en su casa.
Desde ese momento decidimos dejar que las cosas prosiguieran su curso.

Merche DemBar

safecreative1407211548748

 

 






  • Autor: Merche DemBar (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 30 de julio de 2014 a las 00:46
  • Categoría: Cuento
  • Lecturas: 15
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos


Comentarios +

Comentarios2

  • Raúl Daniel

    ¿Eso es todo?

    • mercedesdembo

      Puedes seguirlo,
      gracias

    • la negra rodriguez

      Impcta y sprrende tui relato Merche aunuie me queda la interrogante si es que los dos mureon y por que estaban u nidos, era el cuerpo y el alma?. magnifico, es bueno quedare con esa interroigante asi se le da la inetrpretacion que se desee.
      Te cuento que ya tienes en mi galeria tu escudo del cuarttel el viernes se hizo la bienvenida debes ir a ver tu escudo y pasarte por el poema para tomarte juramento.
      besosl

      • mercedesdembo

        Gracias Silvi, las interpretaciones como bien dice estan abierta.
        Gracias por el escudo
        Un abrazo.



      Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.