Enfrentar todas las noches
la promesa rota de un poema,
rememorar, antes del sueño,
lo que fue el día, una vana
convicción de la existencia,
con la ingenua esperanza, casi
piadosa, de ser inmortal
en la memoria del amor que nos
ha abandonado.
Ser en esa memoria un
sueño neblinoso, sin remitente
y pensar por ello que el mundo
no nos queda, que la noche
que viene parecida a todas
no es de este mundo sino,
probablemente, de uno muy
lejano al que no se pertenece.
La infancia y mis días pocos
que valieron algo se han perdido
muy cerca de la nada;
y yo, que te quiero con un
corazón que ha muerto, no
puedo dejar de sentirme
sin pulso, ni tacto, ni llanto
ni sonrisa, y dejar que todo
pase sin que me toque, las
lluvias, las estaciones, las
despedidas y los rostros
que pasan. Nada me incumbe.
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Autor:
Joseph Octavius Moral Lope (
Offline)
- Publicado: 30 de julio de 2014 a las 01:19
- Comentario del autor sobre el poema: L., eres lo que ha huido. La mágica forma del recuerdo, aveces desgarradora, otras feliz e inmerecida. ¡Cuantas ganas tengo de no haberte amado nunca!
- Categoría: Amor
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: luna77, Isis M
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