los suicidas tienen las noches
hendidas en la sangre;
así,
antes de ser suicidas,
fueron heridos,
sabios locos,
niños santos,
y queriendo fugar
fugaron hacia el todo
o la nada.
a qué decir
último beso llorado,
a qué decir
mano extendida secreto,
flecha voladora
hacia circunstancias imposibles;
a qué decir
volverán los suicidas...
si no vuelven,
si reposan o no
detrás de peregrino manto
o de las amistosas coronas empapadas
por la luz del frío.
a qué decir,
-si ya no regresa-
la costumbre que tienen los suicidas
de anunciar a cada hora su locura;
arde el pecho lo deshace...,
y a no decir nunca
cuando es el momento de la muerte:
ventana abierta
o unas blancas piedrecillas sobre la mesa de luz...,
y ya está
ya pasó todo.
o comienza.
G.C.
Direc. Nac. del Derecho de autor
- Autor: GuillermoO (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de julio de 2014 a las 15:03
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 52
- Usuarios favoritos de este poema: Andra, el poeta del abismo
Comentarios1
Psicodélica es la lectura de su poema
Un placer leerlo
Saludos de amistad
gracias por tus conceptos
saludos
Guillermo
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