Ya no te espero.

Ya no te espero. 
Y tal vez el amor es otra cosa.
Una cosa diferente que no se pide, solo se siente.
No es acompañarte, no es que sepas que estaré ahí, para cuando me quieras ver. 
No es la sublimidad del "siempre", estaré a tu lado aunque, nunca te acompañe. 
No es el te quiero, con el sentido mas terrenal y obsoleto de la palabra. 
No es "te quiero para mí". Sino; te quiero por ti. 
Y por lo que representas en mi vida. 

TE quiero por ti, y por lo que representas en mi vida, 
te quiero por ese pulso que derriba situaciones incomodas, derivadas de terceros,
cuya opinión, parece tan presente en tus acciones. 

Te quiero aunque no recuerdes, que con migo eras otra. 
Te quiero aunque no recuerdes que también me buscaste. 
Te quiero porque te fuiste acostumbrando a mi inamovible presencia. 

Te quiero porque comprendí, que no es personal el hecho de no poder quererme como yo espero.
Te quiero porque fuiste paciente, tolerante y me brindaste un voto de confianza, 
ante la mirada incrédula de terceros, cuyas castas en tu vida son insuperables e insufribles. 

Y pese a todo, no soltaste risa alguna.
No robaste emociones de alguien más que llenan el lugar vacío que dejo.
Todo fue tu carácter y decisión, ajena a terceros que tan poco me importan. 

Con excesiva voluntad, disparé sagaz y enajenado al corazón que yo quería. 
Solo ofrecí los rotos trozos del mío a cambio. 
Capaces de entonar las mas bellas melodías, como los llantos más tristes y desesperados. 

Porque un tiempo después vi desvelados mis esfuerzos. 
Y mis acciones ya no correspondían a los hechos pasados. 
Que de los hechos pasados valederos de un buen verso, ya había pasado mucho tiempo.
Por muy hermoso, que fuese el sentimiento ya no cabía en la realidad del "HOY". 

Y ya hago aquí, hoy, desenfundado armas de letras, 
con lo mas hermoso e irreal que en mi memoria queda, 
con una penúltima oportunidad fantasma y un miedo tremendo a malgastarla.