Tus besos ígneos, amada, cual la calidez de la lumbre que pone a punto los alimentos para ser consumidos y la calefacción que usamos para domeñar los efectos del invierno, alejan, amorosamente, la gelidez de mis labios expuestos al frío desgarrador de mis caminos sin brújula y en la más absoluta soledad, mi única compañera de viaje.
Tus manos, cautivante amada, cual si fueran guantes de suavidad única, colocados en los míos, eliminan, candorosamente, la frialdad y la condición de hielo que las han endurecido, para embriagarme de tus querencia, desentumecidas ya.
Tu cuerpo, amada, cálido como el verano que despide a la primavera y le da la bienvenida al otoño, abrazado con el mío, friolento, en ritual amoroso, me devuelve el calor que el inclemente invierno, con su nieve, me ha robado, como si sintiera envidia por nuestro amor.
- Autor: rodulfogonzalez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de agosto de 2014 a las 11:18
- Categoría: Amor
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: nelida anderson parini, ADOLFO CESAR MARCELLO, , esthelarez
Comentarios3
Encantadoras letras, escritas con gran delicadeza y ternura, siempre un placer saludarte mi querido poeta.
Te dejo mi cariño y saludo en un gran abrazo sonriente.
Feliz martes!!
Buen día, amiga. Doble alegría: por tu reaparición y por tu comentario. Un abrazote desde mi bella Venezuela.
la ingenuidad en las caricias
vivifican la ensoñación
de la alegría que une
la fragancia del amor
encontrado y retenido
.
Saludos, mi Eladio querido, amigo del alma y los poemas
Gracias, amiga del alma. Un abrazote desde mi bella Venezuela.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.