**~PRELUDIO~**

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¡Ah, que raciocinio!,

el que tiene usted,

que con inteligibles razones,

discurre con todo su tiempo,

y ante mi,

con omnicente trayecto,

por el proyecto el cual,

acaba de omitir usted,

¡Ah, que racionales!,

tan irracionales,

queda usted tan indecentemente,

atrevido,

por la lenguaraz trayectoria,

de un indemne proceder,

y ante usted queda mi ignavia,

e ignota ignominia,o

ante el exordio en preludio,

que acabo de comenzar,

y no es palinodia lo que en taciturno aprendi,

a ser meditabundo, y mirifico,

cogitabundo al ser un nauseabundo,

de importante inicio,

con arengas de superflua imitacion,

al hacer una lato en latrocinio,

por insolente momento,

que acaba usted de demostrar,

a mi nueva vida que esta por zucumbir,

en predios de tan importante asamblea,

y sin mas nada, al finiquitar mi emocion,

queda expreso y ante usted y para usted,

que mi pletora en demasiada cortesia,

queda inmune mi sensible demostracion,

en perforaciones de insensible trayecto,

el proyecto que acaba de contender,

ante por confutar en demasiada confusion,

mi gran imaginacion por concluir un vacio,

de dicho fracaso en averiguar su decreto anticipado,

por insolvencias en desagrado de imperdible soledad,

y es indeleble amnistia mi unica aceptacion,

por parte de una orgia de mancebos,

que no ayudan a finiquitar un acontecimiento,

por imaginacion inconclusa de atiborrar y atisbar,

en los ojos un mundo y un universo donde solo existe,

un fracaso abastecido de flas,

como un flevo color,

que llena en uberrimos deyecciones,

de un instante y preciso hecatombe en la memoria,

de una persona que destruye como derrumbar su inteligencia,

por borrar el mosquero que en bocas abiertas quedan,

por expresar un exordio en demasiada plenitud,

de adyacente preludio,

y que con bombos y platillos,

discurren en menoscabo una camorra al marrar,

el instante en que ser misantropo

queda mi vanidad en desear mi cometido,

que atraviesa en constante seriedad,

una avidez de vanagloriar mi decente y mi gran preludio,

en grandes plusvalias de peculio superfluo,

en casi un centenar de instantes,

por recelo de instantes,

que convengan en inevitable,

conviccion,

de que aqui no se hace un preludio,

a mi discurso,

por finiquitar continuar esfuminar el lapiz,

sin saber que expresar.