Hoy mi poema
no hablará de romanticismo,
de paisajes ni amores perdidos,
sino de una enfermedad común
que padecemos una mayoría
siendo el pan de cada día.
Los que somos padres
un día dimos gracias a Dios
y acunamos en los brazos
el fruto de aquel amor.
Los que somos padres
sabemos de renuncias,
de trabajos y despertares
y de ilusiones irrealizables.
Para los que somos padres
los hijos son lo primero
y cuando se hacen grandes
somos para ellos lo de menos.
Ellos hacen su vida,
acampan satisfechos
y casi siempre se olvidan
de la deuda contraída.
Pero el tiempo pasa para todos
y ellos también serán padres
y recogerán el fruto sembrado
de miedos y soledades.
Porque la realidad se impone
frente al egoismo de los hijos
que pasan de sus progenitores
y se encuentran libres y tranquilos.
¡Y los padres adelante seguiremos
amando a nuestros hijos y nietos
sin condiciones porque los queremos!
y quizá cuando no lo esperemos
aparezca en nuestro desierto un oasis
que calme la sed de amor que tenemos.
Fina
- Autor: Fina (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de agosto de 2014 a las 17:58
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 69
- Usuarios favoritos de este poema: la negra rodriguez
Comentarios2
Bellas letras, profundas y sentidas, con un bello mensaje de amar y valorar a nuestros padres hasta el final.
Es un placer leerte amiga Fina.
Linda tarde.
Muchas gracias estimado poeta, Lincol por leerme y encontrarte de nuevo con tus bellas letras dedicadas a mis humildes versos...
Un abrazo.
Aunque no sienmpore es así muchas veces sucede amiga pero siempre seguiremos amndolos muy buen poema.
besos.
Muchas gracias mi querida amiga poetisa...
Un abrazo.
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