Noche
en que maullaron los célebres gatos de la victoria,
noche enjaulada por el único poder de mi mano,
noche en que el espacio se estira
y se acomoda a la noche misma,
noche en que la quietud de los árboles
perecía al borde del abismo
y el abismo todo era la noche;
noche en que las cavernas más oscuras,
temerosas, se volvieron blancas;
noche en que saludé tu figura por vez postrera
y tu cabeza no se volvió para rescatar los sentires
caídos al fondo de la noche;
noche en que los pobres violaban sus cuerpos con cerrojos
para no morir de hambre;
sucia noche estrellada.
Desde mi noche provoco los ecos, te convoco:
y entonces, parado en mitad de un estupor,
soy un gato filosofante,
de esos agudos, elementales, pero sabios gatos silvestres,
que al pie de siniestros basurales
buscan amores, noches y comida.
Soy el último maullido de un magnífico gato insolente,
su espasmo de supremo goce,
su celeste ojos nocturno,
su vientre inmolado a la oscura Noche Bestial,
entre noches eternas de basura.
G.C.
Direc.Nac.del Derecho de autor
- Autor: GuillermoO (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de agosto de 2014 a las 16:49
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 29
- Usuarios favoritos de este poema: Darkness.cl
Comentarios2
Profundos, vibrantes y conmovedores tus versos...
Muy grato leerte...recibe mi abrazo.
Nancy
muchas gracias Nancy por tus sentires.
abrazo
Guillermo
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