Disculpe joven si andando -por este camino largo-
lo distraigo de su marcha, de su paso emancipado,
y le robo unos minutos contándole mi quebranto:
en esta senda, hace poco, caminaba de mi mano
un aprendiz de mi vuelo en el que yo había volcado
mis añosas esperanzas y mis sueños malogrados.
Una tormenta implacable, un día triste y malsano,
nos azotó sin clemencia y nos apartó de un tajo
dejándome incertidumbre y a él mortal desamparo.
Desde entonces, llevo sombra en mis sentidos
y en mi pecho la ternura es sólo un recuerdo vago.
Disculpe si lo molesto, pero es que en sus ojos capto
el brillo aquel que él tenía cuando marchaba a mi lado...
Siga joven su camino, y si encuentra a mi muchacho
cuéntele que voy errante sólo por él preguntando
y que daría lo que tengo, y un poco más -si lo gano-
para volver a fundirme en el calor de su abrazo;
dígale que tengo miedo que no me alcancen los años
y la muerte me sorprenda buscando, siempre buscando.
- Autor: Manuel Isaac Vera Zevallos ( Offline)
- Publicado: 12 de agosto de 2014 a las 11:01
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 51
- Usuarios favoritos de este poema: el poeta del abismo
Comentarios2
Muy bueno, de verdad. ¡Siga así Manuel!
Me gusto su poesía sin duda alguna
Y concuerdo con el primer comentario
Siga así, bienvenido
Saludos de amistad
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