Diamantes cristalinos resbalan
Por las mejillas sonrosadas
Del pequeño ser que sufre
La ausencia del ser amado.
El pequeño cuya mirada
Solo de tristezas te habla,
Aquel en cuyas palabras
Conserva la esperanza.
Día a día, espera en el umbral
La llegada del ser que tanto anhela
Más el destino pospone su regreso,
Y la mirada del pequeño se pierde en el horizonte.
Aquella tristeza su pequeño cuerpo cubre,
Y poco a poco el corazón sus tumbos alarga,
De la mirada tan viva e ilusionada
Solo cuencas vacías son los restos.
El pequeño ha perdido la batalla
El tiempo inclemente se erige cual triunfador,
Ante aquellos restos marchitos
Cuya pureza se ha conservado.
Aquella figura, cuya llegada anhela,
Romper las cadenas de la muerte, no puede,
Y el antes niño y hoy anciano
Al fin lo comprende.
Al comprender esta realidad
Su cuerpo recupera la felicidad,
En poco tiempo al lado de su padre
La muerte lo guiara.
Y es por ello que con paciencia su fin espera,
en el mismo umbral
Que lo ató a su pasado
Y ahora lo encadena a su futuro.
- Autor: Ossian Serrano (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de agosto de 2014 a las 16:13
- Comentario del autor sobre el poema: las realidades que se cruzan en una sola figura, dos cariños entrelazados en su inicio y en su final
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 50
- Usuarios favoritos de este poema: Darkness.cl
Comentarios1
Muy sensible y profunda la mirada de tus versos...
Grato leerte...recibe mi abrazo.
Nancy
gracias por tu comentario.....
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