El mar por devorar la tierra clama,
El cielo por sacudir sus cimientos, alza la voz,
La tierra permanece impasible, aguardando,
El decreto del cual su vida depende.
La sentencia se ha pronunciado,
Y a la tierra, su fin ha llegado,
Rostros despreocupados miran su dolor,
Plantas furiosas mancillan su pudor,
La tierra iracunda a los atropellos responde,
Con un grito furibundo a los elementos desafía,
Los que hace un segundo su vida querían,
Retroceden atemorizados.
El fulgor de su sangre
Por sus múltiples heridas, escapa,
Su cuerpo tiembla de ira,
Y aquella humanidad se refugia atemorizada.
Tanto dolor y enojo, solo son la respuesta tardía,
De múltiples agresiones e ingratitudes humanas,
Sus carnes tiemblan con tanto ímpetu,
Que solo el fin anuncia.
De entre tantos clamores,
Se escucha una voz
Que entre lágrimas exclama:
“yo ni siquiera la pude conocer”,
Es una pequeña que escapando del regazo materno
Junto a una flor esta arrodillada,
En ese instante el silencio sobrecoge,
Y la tierra su destrucción detiene.
En el celaje se oye una voz,
Que con alegría clama:
“todavía hay esperanza”.
- Autor: Ossian Serrano (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de agosto de 2014 a las 15:57
- Comentario del autor sobre el poema: lo escribi en una clase de ecología jejejje espero les agrade
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 31
Comentarios1
Muy sensibles tus versos amigo...
Grato leerte...recibe mi abrazo.
Nancy
gracias por leerlo jejjeje
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