Esa luz mansa que nos acobarda el lujo
como callejón huraño en la calle solatera
viváz Bergamín, su España sin primavera
galgo peregrino como aprendíz de brujo.
Punto y hora, tu escrito a las tres en punto
inconforme irreverente del ínfimo poema
entre cartas y sustos tu estampa de remolera
Eskal Herría se queda en tu Madríd difunto.
Escríbe para los rojos lo que al azul su cielo
y brinda con gatos el artículo de la explanada
y conformate con algo que te abrigue el hielo.
Poeta Bergamín, bajo el cristo que es tu ciervo
y nuestra patria en la tuya se divisa encaramada
en la cornisa del neón de un auncio hotelero.
Blas Roa
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