(soneto italiano alejandrino)
Jesús, quien fuese mofa de Herodes el tetrarca
y luego padeciera los afrentosos daños
impuestos a su cuerpo —que no dejó rescaños—,
¡habita en las alturas, le liberó la parca!
Pedimos su regreso, que dé su diva marca
de paz a todo el orbe. De cuentos y de engaños
estamos ya cansados. ¡Por cuántos largos años
nos ha tenido en ascuas el célico monarca!
¿No cuando ejecutaron su pena los romanos,
los hierros traspasando su carne —pies y manos—,
al límite llegaba su propia humanidad?
¿Acaso no minaron su espíritu los clavos?
Conoce mil angustias, de santos y de pravos,
¿no es justo ya que venga y afirme la Verdad?
Comentarios1
Apoyo la moción.
Gran soneto.
Un abrazo, Franco.
Gracias por ese apoyo, Osvaldo. Abrazos.
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