Estimados amigos de Poema del Alma: Debido a vicisitudes muy extensas de relatar me vi alejado de la página, hoy intento regresar, paulatinamente iré subiendo algunos poemas que ya publiqué, por lo que les pido paciencia, pues es por ahora todo lo que puedo hacer, gracias por vuestra comprensión.
Como parte de un capítulo de uno de mis libros (Amores míos y amores de otros) incluyo una historia, que a más de ser verídica, muestra las dos caras del tema de la protección o no de la niñez y adolescencia, además de desnudar uno de los abusos más increíbles que son muy frecuentes en nuestras sociedades tan corrompidas.
Se trata de una familia formada por el Comisario I. R., su esposa N. O., sus cuatro hijos y ¡nueve personas entre niños, jóvenes y hasta un adulto que han tomado a su cargo!
Muy sencillamente, un día se enteraron del fallecimiento de una señora que dejaba en total desamparo a sus ¡ocho! criaturas (o lo que es peor a merced de un padre que estaba pervertido y ya abusaba de una de las menores).
Ésta (Edith, ahora hermosa joven de veinticuatro años) muy valientemente me ha relatado de manera pormenorizada y aún por escrito el drama de su vida, que tiene felizmente un bello final (se casa este año con Hugo).
Ella me ha hecho dos redacciones con su historia de lo que extracto lo siguiente:
“Don Raúl:
Nací en la primavera, donde las flores alaban a Dios con sus hermosuras y los pájaros también.
Cuando tenía cinco años de edad comencé a tener razonamiento de muchas cosas, mis padres no fueron un buen ejemplo para mí, especialmente mi papá.
Cuando tenía seis años fui a la escuela al primer grado.
Apenas terminé el sexto grado comencé a trabajar como empleada doméstica para poder mantenerme yo y también ayudar en algo a mi familia.
Ahora no me pregunte cuando fui adolescente, porque no lo sé, ¡porque ni siquiera sé lo que es ser niña!
Tampoco pregunte si me fue duro todo esto... ¡la verdad que me fue muy duro!
Cuando tenía siete años ya me di cuenta que en la forma que actuaba conmigo mi papá no era normal.
Yo, lo único que le pedía a Dios era tener un papá como las otras amiguitas tenían, yo veía como les mimaban a sus hijas... y decía dentro mío: ¡Cómo quisiera que mi papá fuera también así...!
¡Pero no lo era!
Comencé a preguntarle a Dios: - Dios mío, Tú sabes cómo sufro, ¿por qué no tengo un papá y una familia como los demás tienen...?
Siempre se dice que madre hay una sola, ¡es cierto!
Cuando mi mamá falleció tuve que quedarme a cuidarles a mis hermanitos, ahí le pregunté a Dios: - ¿Por qué le llevaste a mi mamá?... Pero Él no me contestaba (aparentemente).
Una mañana vino llegando en casa un tío mío que es pastor. Cuando me dijo: - Edith, vengo a buscarte...
¡¿Cómo?! (le contesté), yo no puedo irme, como voy a dejar a mis hermanitos solos, no puedo hacerles eso.
Mi tío dijo: - Edith, Dios cuidará a tus hermanos, o ¿te parece que están mejor en tus manos que en las manos de Dios?
Esto me convenció más, equipé mis cosas y fui con él a su casa. Cuando llegué mi tía me recibió super bien.
Llegaba la noche y pensaba en mis hermanitos, al rato me venía a la mente lo que me dijo mi tío, que en las manos de Dios estaban mejor que en mis manos.
Un día abrí mi Biblia y encontré una parte donde dice: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” (1º Tes. 5.18).
¡Oh, Dios mío! es tan difícil agradecer en todo... pero es tu voluntad...
Cuando oraba le decía al Señor: - Señor, ayúdame a saber agradecerte por las cosas malas que me pasaron (el abuso de mi papá... la muerte de mi mamá), porque tu palabra dice: dad gracias en todo...
Un día recibí la noticia que mis hermanitos estaban todos con una familia cristiana... ¡no sabe la alegría que sentí cuando supe todo eso!, ahí, con más razón me arrodillé para dar las gracias por ellos.
Y le dije a Dios: - Señor, será que algún día voy a tener la mamá y el papá que tanto quiero... (lo que menos pensé es que yo iba a venir a parar donde estaban mis hermanas).
Un día vine llegando como para visitar a mis hermanas, pero la verdad es que yo no estaba bien físicamente (ni espiritualmente).
Quedé un día y una noche en casa de esta gran mujer que recogió a mis hermanos (la que iba a ser también mi madre) y, al día siguiente le dije a una de mis hermanas: - Ahora yo me voy para mi trabajo y cuando puedo vuelvo. Pero mientras me preparaba para salir comencé a tener dolor de cabeza y mareo, y me desmayé.
Cuando desperté estaba en la cama donde mi hermana dormía. La abuela vino a preguntarme si no quería tomar nada, le dije que no y me quedé otra vez dormida.
Rato después sentí que alguien estaba a mi lado y no podía ver quien era, lo único que pude captar en ese momento era que ese alguien que estaba a mi lado me acariciaba las manos y la frente.
Cuando desperté completamente vi que estaba un pastor y los que iban a ser para mi mamá y para mi papá ¡lo que siempre anhelé tener!
Un domingo ellos me llevaron a la iglesia donde iban con mis hermanas. Llegamos y nos sentamos, cuando el pastor comenzó a dar la bienvenida a todas las personas que se iban por primera vez, preguntó por mi nombre y de donde vengo. Ahí se levantó ella y dijo: - Ella es hermana de las otras chicas que tengo conmigo. Dijo además: - Yo a esta niña la presento como mi hija delante de Dios, ya la amo como si fuera que salió de mi vientre.
Usted no sabe la alegría que sentí en ese momento... y hasta ahora.
Por fin puedo decir con seguridad: ¡Mi mamá!, ¡Mi papá!
Doy gracias a ellos por la paciencia que me tienen.
Les doy gracias por ayudarme en mi formación espiritual, física y moral.
Les doy gracias por el altar familiar de todos los días.
Por soportar mis rebeldías.
Por hacerme reír... en vez de llorar.
Edith.”
Ahora también, la dramática vida de Edith me inspiró el siguiente poema:
Edith Princesa
Como en los cuentos de hadas infantiles,
como una cenicienta más...
hoy están sonando los clarines
de tu dulce despertar,
y soy testigo...
¡qué privilegio que Dios me da!
Dulce jovencita que me llamas por amigo
y, confidente, me revelas tus secretos,
puedo decirte que el cielo entero
nos está viendo.
Tu historia es triste,
tu propio padre te hizo ese daño
(tal vez enfermo, sólo así creo)
cuando tenías recién cinco años.
Así marcada... así destruida...
tan malherida, tan no-querida,
tan maltratada...
(tu propia madre te acusaba...
¡ella tenía que defenderte!
y no lo hacía...)
Tú le pedías, a Dios, la vida que otras tenían...
¡cómo deseabas esas caricias puras y santas
de otros padres... a otras niñas!
Edith muñeca del brazo roto...
Edith muñeca sin una pierna...
Edith muñeca del ojo hundido...
Edith chiquita... ¡casi una muerta!
Viajan las nubes, viajan planetas,
cruzan azules cielos, cometas...
las oraciones, ángeles llevan,
y en las moradas de Dios las dejan.
¿ Nunca escuchaste que si creías,
Él concedía cualquier deseo
que tú pidieras...?
Murió tu madre (una respuesta),
y te sacaron de donde ahogaban
a tierra seca...
se terminaron las vejaciones,
hoy se te ama y se te respeta,
estás creciendo y eres hermosa
(sólo hace falta que te des cuenta).
Corren caminos hasta que cruzan
otros caminos y otras veredas,
no más traiciones... no más afrentas...
Hasta parece que no es verdad,
tienes temores... ¡toma coraje!...
¡sólo confía... y ya verás!
Es El Eterno que te ha escuchado,
puso sus manos en el asunto,
Él ya te amaba desde la cruz,
y aún desde antes de hacer el mundo...
y hoy sigue haciéndolo
¡en Ismael, Nimia... y Hugo!
Hija del Santo, Edith princesa,
naciste en tiempo de mariposas,
¡nadie ha podido quitarte eso
que Dios te dio!
¡Aún eres casta!, ¡aún eres pura!,
¡tú no sentiste gozo en el sexo!,
¡sólo dolor...!
y serás virgen hasta que bebas
por tu designio libre el amor.
Yo te lo digo
como profeta, que soy, de Él...
y te bendigo en nombre de Dios
... Raúl Daniel.
- Autor: Raúl Daniel (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de agosto de 2014 a las 02:28
- Comentario del autor sobre el poema: Esta historia la publique en mi libro con autorización de los protagonistas sin cambiar sus nombres. En la fotografía, Edith es la de la punta a la izquierda, al lado de Ismael (su nuevo papá).
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 225
- Usuarios favoritos de este poema: Maria Hodunok., Hugo Emilio Ocanto, El Hombre de la Rosa, DIAGO, Marellia
Comentarios8
TRiste la hisatoria de Edith, pero belllisimo tu poema. me encant leerlo, hugo haría bien interpretandolo.
besos.
Si por mí fuera yo querría que interpretara todos y cada uno de nuestros poemas de la cruzada..
Gracias, besos y bendiciones..
PD: Te cuento que la historia tiene unos años ya, Edith está felizmente casada con Hugo y ya es una orgullosa mamá de dos hermosos niños.. también te cuento que yo soy amigo de la familia que las crió a todas esas hermanitas huérfanas..
Amiga, anoche, en el cansancio en que me hallaba, puse una ilustración que pude, pero ahora repuesto ya, busqué la foto real de Edith, con sus hermanas y el matrimonio Rojas-Ojeda que las acogió en amor filial y cristiano. Me gustaría que la veas.
Para mí fue muy importante conocer esta familia que a más tiene otros cinco hijos (uno adoptado, que ya es abogado y otro ingeniero que es más amigo conmigo). Actualmente los veo cada tanto, porque Nimia es mi odontóloga (la mamá) y amiga personal con quien compartimos cada tanto, yendo yo a pasar a su casa horas maravillosas.
El matrimonio es cristiano, ellos son pastores graduados en seminarios, aunque no es que estén al frente de iglesias, la iglesia es su propia casa, pues el amor de Cristo abunda allí.
Allí pude conocer lo que el amor vicario y sustituto puede llegar a hacer, allí palpé lo que significa: "Padres no son los que te dan la vida, sino los que te crían"
Besos..
Ya vi la foto esta muy linada y que paz que se siente que trasmite. Por esa gente maravillosa como la familia que acpgio a Edith y sus hermanas es que la fe en el ser hmano se mantiene
Así exactamente es!
Gracias por compartir, poeta. Bella y triste historia.
Es un encanto pasar por tus letras.
Que Dios te bendiga, hermano.
Gracias a Dios esta historia tuvo un final feliz, cosa que sucede muy pocas veces.
Para mí es muy importante destacar que el amor que prodigó a estas niñas el matrimonio Rojas-Ojeda fue la terapia necesaria para curar las inmensurables heridas de sus almas, sobre todo la de Edith, que fue la más damnificada.
Gracias por tu presencia en esta cruzada, amiga. Y vuelvo a felicitarte por tu hacer en favor de los más desprotegidos.
Un abrazo fraterno..
R_D
Hola Raul Daniel, gracias por compartir tu experiencia y poesia... en cuanto a todo el conjunto que has publicado centrado en Edith hay mucho para reflexionar en cuanto a la niñez-sufrimiento-fe cristiana, pero quiero pensar en esos padres biológicos que en vez de dicha procuraron DOLOR, los mismos que hoy día tienen a su custodia uno, dos o mas inocentes criaturas, padres que por el hecho de ser padres se creen con el derecho de disponer de estas vidas como se les antoje, padres demasiados ciegos y corruptos que no ven un adulto en un niño, no ven que los años vendrán sobre ese niño, que en algún momento ese niño o niña va a andar la vida, no, estos ignorantes no ven esto en sus hijos, estos padres ven una carga en sus hijos, un error, una responsabilidad que les da tedio, una cadena en su libertinaje, un trabajo fastidioso en su dia a dia, y lo peor es que la ley los protege hasta que se pruebe su culpabilidad y ninguna culpabilidad les sera imputada hasta que un extraño, alguien ajeno al grupo familiar se preocupe por los hijos que no son suyos, que los prohijé en su alma y declare, pero el miedo y la mediocridad nos invade, hay quien dice con mucho orgullo que el no se mete en los problemas ajenos porque eso solo trae mas problemas, alguna vez han imaginado ustedes cuanto mas problemas sociales nos ahorrariamos si metiéramos la mano en esos hogares que estan hay en nuestra vecindad causando mal a sus hijos, ha pero la indiferencia nos corroe, nadie quiere salir de su burbuja de supuesta comodidad. Queda una sola cuestion: denunciar a estos padres o ir nosostros mismos a golpear a la puerta donde ellos viven, escojamos.... saludos hermano
Amigo, me honras con tu excelso comentario. Tus razonamientos son perfectos y admirables, y, un inesperado preámbulo al poema que voy a subir en esta madrugada, que trata exactamente de un caso real que encaja en tus reflexiones expresadas en éste, tu comentario, que me deja la moraleja siguiente: "El mal está en nosotros".
Seguiremos alzando nuestra voz de poetas e intelectuales en defensa por la vida, es nuestra obligación..
Gracias por acompañarnos..
Un gran abrazo..
R_D
La historia de Edith. tremenda, dramática, aberrante, cruel, dolorosa.
Excelente historia para hacer lo que has hecho un poema magnífico, solidario, alentador...
Mi felicitación , amigo Raúl.
Un abrazo.
Gracias Hugo..
Tu comentario me empuja a continuar..
Un gran abrazo, hermano de lucha..
R_D
Cuando la pluma escribe con profesionalidad la tinta se estremece de contenta porque nos esplica la verdad historica que nos relata tan presciadamente descrita por nuestro poeta y amigo Raúl Daniel...
Una poesía que asombra el alma de los poetas preciado amigo..
Un abrazo de amistad de:
El Hombre de la Rosa
Gracias Críspulo..
Este excelso comentario se magnifica por ser un maestro de la pluma como tú, quien lo hace..
Te deseo muchas bendiciones y mucha salud..
Un gran abrazo..
R_D
Mi querido amigo, son tantas y tantas las historias que uno observa, escuche y siente, eso es lo importante sentir, y es lo que vos hiciste con ese gesto de dejar expuesta una realidad, en este caso con un final feliz.
Pero que no siempre es así.
Hay tanto para debatir, tanto para exigir que se cambie que uno se siente impotente ante la cruda realidad.
Te abrazo
Sí, mi bella paisana, tú dices las palabras claves: Sentir.. Debatir.. Exigir..
No cejemos de luchar.. algo conseguiremos..
Un gran abrazo fraterno..
R_D
Simplemente ¡hermoso!
Gracias Marta Luisa, Dios permitiera que todas las historias de vida que mal comienzan, terminaras así de bien.. ¿no?
Un abrazo..
R_D
Estas si es una lección de amor y vida... ¿Que pienso?
¡Impecable!
Y me refiero a nuestro buen Dios Raúl, que privilegio conocer de primera mano un testimonio tan palpable.
Capaz de conmover a niveles tan profundos -al menos es mi caso-
que decirle a a Edith que no sepa ya -cuando el amor más grande y puro ha tocado su vida-;
que decirte a ti de sus bellísimas letras tejidas con el más absoluto respeto y amor por la gran obra ante tus ojos y que has sabido retratar hábilmente -más allá de rimas y métricas, dando el valor al significado y significante- en toda su magnitud, en su hermosa magnitud.
Sé que Él no se equivoca y que ya ha cruzado nuestros caminos y que tiene en ello su propósito.
Te abrazo el alma y gracias, de verdad muchas gracias.
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