Más que un juego
Buenos hombres, les digo, no hay futuro,
la seca soledad carcome el césped
y de todas las ciudades de la aurora
ninguna quedará para blanquear aquellos huesos.
Se mueren nada más la vida, el tiempo
y el fatuo renovar la fe en el canto,
el resto de los mares en sus playas
sostienen las arenas buscando en cada huella su tesoro,
el resto de los besos ya vendrán mejilla adentro
o en labios o en cabellos sin lugar para otro hallazgo.
Señores, el amor es lo que apenas nos sostiene,
el resto escapará como la lluvia entre los dedos,
como la miga que rodó colina abajo desde el postre
y aprisionada va por las orillas del deseo.
Es esto lo que habrá si nunca más nos reunimos,
si no bajamos a la plaza a quemar nuestro pasado,
a levantar del porvenir los puentes que nadie conoce,
pero que tanta falta hacen para insistir en ser gigantes.
Escaso es el amor de tantas tardes sin hallarnos,
sin amar de la verdad la cabellera y las plaquetas
y del río del dolor todos los cauces del invierno
y de las manos del que ruega la verdad de tanto injusto.
Es poca libertad la que no ocupas en ser pleno,
es vana la verdad que siempre escondes del que busca,
es como aquel papel con aquel nombre en ese libro
que nunca más abriste y cuyo título olvidaste.
No dejemos caer un nuevo sol en ese ocaso,
ya es demasiada sangre la que lavan nuestro mares,
los muertos nos esperan, nos miran desde el astro
que en cada charco o piel o lágrima regresa.
Es tiempo de un amor sin más vocablos ni vacíos,
de amarnos porque sí, porque la raza que habitamos
no vino a conquistar, menos a odiarse en cada plaza,
no vino a usufructuar del bosque y de las selvas,
menos a amedrentar a los más débiles hermanos,
vinimos a cantar , a ser felices, a ser plenos,
vinimos a donar a la existencia un nuevo brillo,
un bravo amanecer, una semilla que florezca
por todos, para todos y con todos reunidos.
Buenos hombres, la verdad de honrar el bien no es negociable,
o abrimos de una vez nuestras ventanas y portones
o vamos de una vez a aquel abismo, claustro dentro,
o somos de una vez lo que en el fondo nos espera
u optamos por fingir que está muy bien que todo caiga.
El tiempo nos dirá si merecimos la esperanza
o si está bien que aquí sean enterrados nuestros huesos
ya perdidos por nosotros en ningún mejor destino,
ya viejos para hallar lo que la fe por siempre ofrece.
Me quedo a meditar mientras la gente corre y pasa,
también corrí y pasé, pero aprendí que somos más que un juego.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
23 08 14
- Autor: Óscar Pérez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de agosto de 2014 a las 14:04
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 49
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Wow! querido poeta, le tocaron duro el corazòn. Sèa fuerte. Saludos.Y yò estoy en PoemHunter.com/Zoila T. Flores
Fuertes seremos, saludos, Zoila.-
Un grandioso poema estimado poeta Óscar
Un fuerte abrazo de amistad...
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
Críspulo, mi abrazo fraterno por tus palabras, saludos desde Chile.-
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