Una noche partíamos almendras en la calle G.
Eran más de las 12 y tú y aquella saya de flores blancas
parecían la eternidad.
Yo me detuve un momento a contemplar la luz
y el paso de los autos porLa Habanade 1982.
Todo resultaba tan sencillo.
El viejo mar bendito frente a la estatua de Calixto García.
Tu rostro avanzando en la semiclaridad de los pinos.
El golpe con que mi mano buscaba en la roja intimidad de la almendra.
Todo resultaba tan sencillo
como la vida del agua que se escurre entre los dedos.
No debía venir nadie.
No esperábamos a nadie.
Yo me detuve un momento a contemplar la luz
y el paso de los autos porLa Habanade 1982.
Tú y aquella saya de flores blancas
parecían la eternidad.
- Autor: Edel Morales ( Offline)
- Publicado: 25 de agosto de 2014 a las 14:32
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 21
Comentarios3
Uno de mis primeros poemas, continúa siendo uno de mis poemas favoritos, tres décadas después.
Qué hermoso poema, Edel. Hay un nostalgioso amor por ese momento en esas calles tranquilas de La Habana (1982).
Se siente, ademas, la cercania de esa mujer que no habla pero que esta tan cerca.
Un abrazo
Guillermo
Gracias, hermano, por esa lectura, abrazos, Edel
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