Me cansé de zurcir cristales rotos,
me agoté de atar burbujas locas,
de interpretar silencios tangenciales,
de analizar miradas,
de periciar gestos,
detalles y mensajes
subliminales.
De vivir tensiones solapadas,
de equilibrar emociones subterráneas,
y galopar tormentas pasionales,
desbocadas,
insomnes,
diagonales.
Me cansé de amarte y desamarte,
de esperar y desesperar.
De culparte y de perdonarte
de hablar y de escuchar.
De creerte y descreerte,
de buscarte,
de encontrarte,
y de perderte.
Estoy harto de disculparme,
de sangrar,
y cicatrizar,
de fusionarme,
y sublimarme,
de embarcarme,
y naufragar.
Cuando las palabras se vuelven circulares
y los círculos no cierran,
cuando se acaban todos los pétalos,
de las míticas mancias florales,
cuando no hay espacio, ni aire,
y hasta las noches amanecen cansadas,
cuando todas las puertas se cierran,
y hasta la tristeza se aleja descalza,
congelada,
y enterrando lágrimas,
el amor se muere,
... y todo se acaba.
Ricardo Ayestarán
- Autor: Ricardo Ayestaran (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de agosto de 2014 a las 11:54
- Categoría: Amor
- Lecturas: 101
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