Yo quería muchísimo a doña Irene
una señora bien elegante y distinguida
que todas las mañanas salía como un cohete
de lo que supe con el tiempo que era de la cocina.
Nos llamaba a todas como grumetes
y nos hartaba de ricas golosinas
el maíz que traía era un verdadero filete
y el agua rica dulce y cristalina.
Me encantaba ella pero un domingo siete
salió como nunca con una mirada asesina
en una mano llevaba un filudo machete
y con la otra me agarró desprevenida.
El golpe que me dio fue tan fuerte
que no alcancé a darme cuenta como me dejó piluchita
me metió en una sartén lleno de aceite caliente
y me echó un paquete de sal encima
y finalmente en la mesa aparecí con arroz Banquete
el gran auspiciador de esta película.
Y los perros al final se hicieron requetechupete
con los huesos de mi alma plumífera.
- Autor: Boni (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de agosto de 2014 a las 14:16
- Comentario del autor sobre el poema: De un día para otro nos deja para servir la mesa de su ama¿Habrá otra vida para ella?
- Categoría: Humor
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Boni hay los lunes de alegría quedaría pintado tu trabajo, ingenioso, con una difunta gallina esperando un cielo emplumado, un abrazo cariñoso ,pero cuando no tengas el machete en la mano jajaja.
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