- Mi primera vez fue a los 16 años, aun lo recuerdo, él era un hombre bastante mayor, digamos que quizás de mas de 30, pero tenía algo que me atraía, y quizás mi inocencia le atraía a mi, y fue así como descubrí el sexo, fue así como descubrí un mundo de placer. No, no me juzgues, puta, zorra, chienne si quieres decirlo en mi idioma, al final, todos acababan por llamarme igual. Iban y venían en sus vidas, caminaban en sus zapatos, se drogaban los fines de semana con alcohol y valium para no discutir con matrimonios destinados a la rutina... Y me llamaban puta... Pues si, lo era, lo soy, y por mi cama han pasado incontables hombres, jóvenes y adultos, ingenuos y muy experimentados, pero ninguno logró darme lo que quería-.
Y ahí observé sus ojos azules, parecían mirar dentro de mi, estrujar mis pulmones y volveros a poner en el mismo lugar, y aunque tenia casi 4 años mas que ella, a su lado, me sentía un niño en edad escolar. Sin embargo, no era lujuria lo que me impulsaba, sino curiosidad, saber el porque, así que sonriendo levemente levante la cabeza y la miré;
- ¿Y que buscabas?, ¿Que buscas?-
Entonces ella me miró, y sonrió, no fue de esas sonrisas ensayadas que he visto miles de veces, fue una sonrisa sincera, ingenua, como si en algún lugar de esa mujer de 22 años todavía se encontrase esa niña de 15 años tan inocente, tan rota, tan muñeca.
-Buscaba amor... Busco amor... Durante años, siempre he mirado a los hombres a los ojos mientras piensan que tienen el control, buscando en su mirada ese "algo" capaz de hacerme temblar, pero no lo encontraba, jamás lo encontré, buscaba enamorarme, pero para ellos solo era un objeto, y aquí me tienes, buscando ese amor, ese príncipe manchado de lodo que me haga temblar de amor sin ponerme un dedo encima...-
En ese momento algunas gotas comenzaron a caer del cielo, como si llorara por las lágrimas que ella ya no derramaba, sin embargo, antes de que pudiera decir algo, se miro a sus delicados pies desnudos y sonrió, hablando casi en un susurro.
- Pero te diré algo, no me importa lo que me llamen... Ellos, todas las personas me tratan como si fuera una vulgar, una puta, solamente por usar mi cuerpo como un medio para un fin, y si, quizás muchos consideren que me degrado al venderme de tal forma, sin embargo, te diré algo, ellos son los que mas se degradan, yendo y viniendo, de un amor a otro, diciendo que "este será el bueno", "este es el amor de mi vida", y luego los ves, a los 6 meses, con otro amor de su vida, y así se pasan la vida, prostituyendo sus emociones, vendiendo su corazón al que le ofrezca mas seguridad emocional... Eso, eso es hipocresía en su mas pura expresión-
Y me miró con intensidad, otra vez, atravesando mis emociones, y sonrío al recostarse contra mi hombro, sin embargo, esa noche no sucedió nada, y me marche de París a la mañana siguiente... Allí, solo había otra historia, pero no estaba lo que yo había perdido.
- Autor: Diego Lithsun (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de septiembre de 2014 a las 00:15
- Categoría: Amor
- Lecturas: 70
- Usuarios favoritos de este poema: Raúl Daniel, El Hombre de la Rosa,
Comentarios2
Conozco muchas historias parecidas, en realidad en casi todas las historias de amor hay algo de lo que has escrito..
Felicitaciones.. me gustó..
R_D
Un gran relato en prosa literaria de amor amigo Diego
Saludos de Críspuloi
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