La botella estaba fría, los cerillos se encontraban perpendicularmente a los cigarrillos, el volumen de la radio no es muy alto, la estación radial es la misma de siempre, y su sonrisa está justo donde la recuerdo. Así comenzó mi noche mientras todos se encaminaban a darle descanso a sus cuerpos –en lugar al alma-.
Yo me encontraba revisando algunas pruebas y releyendo un poemario. Juro –y no soy de los que les gusta jurar- haber realizado esto anteriormente, una especie de deja vú académico, en buscar algo de vino y trasnocharme con la excusa de trabajar hasta tarde. Quizás intentaba distraer todo lo visto el día de hoy en la Universidad, el fantasma de ella en el aula 5.
Qué triste me siento, no puedo negar la hermosa tristeza, si usted viera que bello se ven los fantasmas cuando dan clases.
- Autor: Adolfo (fito) Baptista (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de septiembre de 2014 a las 12:04
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Conmovedora prosa poeta amigo...
Un placer visitarte...
Abrazos.
Una hermosa muestra de tu talento literario amigo Adolfo
Un placer leer tus letras
El Hombre de la Rosa
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.