Pienso en aquel obsceno beso
gemir de lirios entre tus manos,
aliento mandrágora
que embriaga mi corazón.
falena de misterioso vuelo,
que perturba mi razón.
¿Qué deseas de mi?
si en ti muerto estoy.
Ya ni recuerdo el tiempo que ha pasado,
cuando tu incomprensible capricho
decapitó mi derecho al amor.
Bien lo sabes, que por tu decisión,
estoy condenado a ser el poeta del dolor.
En penumbras, en la soledad de mi cuarto,
veo como por detrás de la puerta,
tu sombra dialoga con la mía,
se besan.
De repente tu sombra,
se transforma en gotitas de luz,
y la mía como siempre,
estúpidamente se desmaya
por debajo de la gris alfombra.
Otra vez la soledad,
a la espera de una nueva noche,
ella, bien lo sabe, que la ventana de mi alma,
no tiene vidrios.
L.M
- Autor: soy el que soy (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de septiembre de 2014 a las 22:21
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 49
- Usuarios favoritos de este poema: CARMEN, El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Ay dulce poeta que tristes son tus versos ,que triste es que el amor te condene a ser el poeta del dolor. Cuando el amor siempre tiene que ser luz que alumbre nuestro camino y nos haga renacer cada día de nuevo llenos de ilusión. Un beso muy grande.
Te Quiero
Gracias.....
Yo
Tienes que levantar el animo y entrar en el lado positivo de la vida y del amor estimado amigo L. M.
Un placer leer tus versos
El Hombre de la Rosa
Gracias amigo y maestro
L.M
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