Esperando el final

marioranero

 

Sabe que inexorable se va acercando el final,

y no está mal que así sea, por más que le dé pesar,

así como el animal que ve el peligro cercano…

comienza a cerrar la mano y empieza a reflexionar.

Percibe de a poco el vuelo de un alma que sin apuro

le va marcando un camino errático y misterioso,

no sabe si hay que seguirla… y allí comienza su duda,

pues si bien se muestra afable y con los ojos brillosos

es un alma entristecida que encierra en su ser enigmas,

insalvables… sigilosos…

que vuelcan en el espacio los tiempos más escabrosos

vividos en otra vida, pensados en otra muerte,

como un clamor agitado que se agiganta inconsciente

y golpea entusiasmado sabiendo que  tiene en frente

esa vida mutilada que le presenta la suerte.

Anda… anda… no te pares…!

-parece decirle el tiempo-

que es como un amor errante las aguas que no bebemos

que es como alucinante beber a tragos los sueños

que nos dibujan siluetas allí donde poco vemos,

que nos delatan quereres en esas noches de ensueños,

que logran atiborrarnos, por más que pensemos bello

que acongojan las entrañas, aunque a veces sin saberlo

que todo lo estropean por no conocerle el verbo

y así predican la muerte para corrernos el velo…

que nos sepulta en las noches,

que nos veneran despiertos…

 

Ah! final que te aproximas, a pasos más que ligeros

si ese ha de ser tu propósito, no cambies el derrotero

aquí te estaré esperando bebiendo licor del bueno

pues no hay final más glorioso

que aquel que se espera ebrio…

 

Mario Ranero

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  • Autor: Mario Ranero (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 6 de septiembre de 2014 a las 00:30
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 60
  • Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
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Comentarios +

Comentarios1

  • El Hombre de la Rosa

    Siempre existe el principio y el final de lo bello y organico del alma humana amigo Mario Ranero, aunque comprendo la desazón de la espera para penetrar en el eterno principio del olvido afectivo, aunque no sienta el tener que mezclarme con la amalgama de nuestra materia cuando retorna al lugar que le corresponde en el Universo... somos inmortales porque la materia jamás se destruye...
    Espero no haberme extendido demasiado...
    Ha sido un placer leer tu preciado poerma...
    Un saludo de amistad
    El Hombre de la Rosa



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