Mírenme en este cuerpo,
En esta voz desgastada,
En estas manos arrugadas,
De la tiza y su pizarra
Y en mis ojos, que apenas alcanzan,
A distinguir de la última fila, sus caras.
Aquí, les he dejado mis años
Y a mí, me han dado su esperanza.
Mírenme en este cuerpo,
Ya no dará más lecciones, ni entrará en más batallas.
Sólo quiero, levantar la mirada
Y ver, como Ustedes, ya solos andan
Y ser capaces Ustedes, de coger la tiza y su pizarra.
Y recuerden, si en algún momento
Dudan, cual es la solución exacta
Miran arriba, muy arriba
Acuérdense de esta cara arrugada
Y elijan siempre la verdad, a la mentira
La honradez, a la desfachatez
Y el amor, siempre que puedan.
- Autor: Araceli Vellber ( Offline)
- Publicado: 7 de septiembre de 2014 a las 07:11
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 488
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Un bello poema para tu profesor de escuela Araceli
Un placer leerte
Un abrazo de amistad
El hombre de la Rosa
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