Cerrando los ojos, la felicidad te embriaga,
Abriendo tu alma, se despierta el deseo
Apartando las tristezas, sonríes a la vida
Acercándote a tu hermano, le tiendes la mano.
Moviendo los labios, pronuncias “te quiero”
En un abrazo, fundes tu cariño
Y el calor que te cubre, las penas aleja,
Porque solo el amor, despierta a quien lo posee.
Tantas lagrimas derramadas, para decir “te quiero”
Tantas personas encontradas, para llegar a una sola,
Cuantos sentimientos vividos, por buscar uno solamente,
Ironía que duele, verdad que asombra.
La luz que de ti emana, la oscuridad desaparece,
El dolor disipa, y el alma enaltece
Y es que la vida jamás te pertenece
Hasta que logres amar, a quien a tu lado esta.
Buscaste un tesoro, que siempre tuviste
Señales escudriñabas, y a tu lado nunca mirabas
Al cielo pedias respuestas, que a tu lado se hallaban,
Más gracias has de dar, por abrir tu mirada
Al ser que desde arriba, a tu corazón permite oír
La voz del que te pregunta, ¿Cómo estas hermano?
- Autor: Ossian Serrano (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de septiembre de 2014 a las 15:30
- Comentario del autor sobre el poema: la fatuidad de la felicidad
- Categoría: Familia
- Lecturas: 149
Comentarios1
Muy hermoso el poema... tantas posibilidades de amar y tanto afán en buscar lo que muchas veces nos envuelve...
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