Ayer me he encontrado con una mujer,
De esas que poseen respuestas,
Y no requieren de preguntas.
Aquella mujer me hacía creer
Que la vida es más de lo que nos cuentan.
Era una mujer de las que no hablan
Por tener la boca llena de palabras,
De las que no tocan ni agarran,
Por tener las manos llenas de caricias,
De las que te observan y no miran,
Por tener los ojos llenos de manías.
Aquella mujer, con la que me he encontrado,
Me contó que tenía un silencio
Muy suyo, muy tierno.
Yo le entregué mi cansado repertorio
De palabras y tópicos de ventrílocuo.
Ella sólo me miraba, sin mírame del todo,
Ella me escuchaba, y no oía mi coloquio,
Y me encontré como trovador en auditorio
Plagado de silencios y oídos sordos.
Esa mujer no me ignoraba,
No me tendía su incomprensión
Para arrollarme con malicia;
Me tenía en cuenta,
Me entregaba su pasión,
Muy a su modo y con maestría,
Pero lo hacía, me quería,
Me daba pretexto e intensión,
Me daba la alegría
De vender mi monólogo y mi canción
A cambio de un gesto,
De un beso en la mejilla;
Me daba la ocasión y pantomima.
Aquella mujer, casi sin expresión,
Entregaba una rosa con cuerpo de mármol
Y con palabras de estrella o de panteón.
En nuestro encuentro, lento como caracol,
Ella se disponía a decir algo, que no decía,
Y quería tocar algo, que no tocaba,
Y ardía en un candor que la oprimía,
Pero su piel era fría, y su beso no entregaba.
Allí entendí que esa mujer era más que amiga,
Más que cuerpo y poesía;
En ese momento me di cuenta,
Que era como una canción de amor
Tocada en piano por un ángel mudo
Y que al vuelo caía.
Ayer me encontré con una mujer,
Y no era sólo rabieta y seducción,
No era figura y complejo de perfección,
Era un ser de carne, silencio y estupefacción,
Era como debe de ser la vida,
Y no como se nos cuenta en primavera
O en cada estación.
Ella es vida atrapada en una mujer
O mujer atrapada en vida,
Pero era lo que me cohibía y fascinaba,
Lo que me tentaba a liberar la vida
De mi boca y de mi brazo,
Me invitaba a liberar a la mujer
Con mi beso y mi poema.
Ayer me encontré con una musa,
Y encontré también a mi alegría
Más compleja y más bonita.
- Autor: Héctor Adolfo Campa (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de septiembre de 2014 a las 20:03
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 139
- Usuarios favoritos de este poema: crazypoet
Comentarios2
Excelente poema te aplaudo, muy buenas letras, de verdad me agrado mucho, me gustaría escribir así tan natural como usted lo hizo, saludos.
Mil gracias por sus palabras Alejandro, pero no debe aplaudir mis letras. Sólo son eso, letras. Lo aplaudible es mi musa.
Y no quiera escribir como escribo, escriba como usted pueda, como quiera, como el capricho de su inspiración y musa le exija.
Un saludo afectuoso colega.
excelente Hector Campa.
Saludos.
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