El peso de vivir
preso del misterio
de ser todo
y no ser nadie.
Un desconocido
esqueleto para
una sombra
sin alma.
Una ansiedad
que desborda
y le estorba
a la conciencia.
No puedo evitar
no distraerme
con lo fugaz
de un latido.
No puedo evitar
no reverenciarme
con la voluptuosidad
impalpable,
de desvanecerme
en la fascinación
de las llanuras
desiertas del infinito,
comparable solo a la
maldición de los recuerdos,
y, a la inmensidad
maravillosa de los ojos.
Al carecer de afirmaciones,
al conocer solo una velocidad
de aleteo mental,
y una definición de compañía.
Me siento solo,
solo, como alba sin pájaros;
solo, como estrella sin luz;
eco desolado y fusco
En un universo inmaculado,
increíble y absurdo,
inimaginable y celestial,
armoniosamente caótico.
Soy un ser dentro
de un animal hermético
que grita de hambre
aclamando existir.
La voluntad,
solo por perdurar,
barre el vacío
de las nimiedades.
Como un soplo
que arranca mi piel
del esqueleto,
necesito conocer mi esencia.
Lejos de la ignorancia,
dormir cuando se desee
y revivir cada día
eligiendo que ser.
Gota del desierto,
o muerto con conciencia,
o vivo inconsciente
o luciérnaga en el cielo.
Veo caminar una hormiga,
no pasea, ni duda,
hurga migas en mi cocina,
si supiera que es delito
la encarcelaría como venganza
por mi mal día
o por ser dueño de esta vida trágica
que busca comprar más presente.
Con la suerte de no ser piedra,
el azar me hizo juez sin poder,
conciencia de lodo,
que estudia cómo hacer una silla.
- Autor: mateoserafini ( Offline)
- Publicado: 11 de septiembre de 2014 a las 02:03
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 75
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Un gran u hermosa poesía amigo Mateoserafini...
Muy gratificante la lectura de tus letras---
Un fuerte abrazo de amistad de Críspulo...
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