Contemple a la gente pasar
vestida de traje, apurada para llegar al trabajo.
Mire detenidamente a la gente pasar
y dígame qué son.
¿Son polvo de estrellas?
¿Son nervios e impulsos que se mueven?
¿Son máquinas de desear?
¿Son almas atrapadas en
camisas y pantalones?
Mire a la gente corriendo,
transpirando e insultando.
Mírelos y diga si no le causan
una especie de tierno sopor.
Dígame si no le causan
como un gélido asombro.
Dígame, si sabe,
qué los hace, por qué son,
por qué ellos y no otros.
Cuénteme (y sea sincero)
si usted no es acaso como ellos,
si no comparte su naturaleza.
Ya sé que no sabe.
Yo, debo confesar:
sí soy. Soy eso.
Soy así:
demasiado humano.
- Autor: Oscurb ( Offline)
- Publicado: 11 de septiembre de 2014 a las 12:55
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 49
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios3
Cuestionarse la esencia humana es el primer paso a seguir en nuestra búsqueda... certera y muy buena observación estimado poeta.
¡¡¡ES HORA DE DERRIBAR TODO LO QUE HEMOS CONSTRUIDO Y DESHACERNOS DE LOS PARADIGMAS!!!
Saludos. Ferbipe.
Ciertamente un mensaje cartesiano el tuyo, amigo Ferbipe. Gracias por el comentario.
Un abrazo,
Oscurb.
Un bello clamor el de tus versos amigo...
Grato leerte...recibe mi abrazo.
Nancy
Gracias por el comentario Nancy.
Otro abrazo,
Oscurb.
Todos somos y seremos algún día polvo de estrellas amigo Oscurb...
Muy grata su lectura...
Saludos de amistad y afecto...
El Hombre de la Rosa...
Gracias por el comentario Hombre de la Rosa.
Un abrazo,
Oscurb.
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