Estoy aún entre ustedes.
Es esta una historia, algo amarga, como esa amargura que poseen ciertos medicamentos.
Pero es un sabor que me hizo crecer. Carece esta historia sencilla, de grandilocuencia o belleza literaria.
La protagonista de mi relato es una abnegada profesora de matemàtica, cuando yo cursaba la escuela media.
Durante treinta años, habìa enseñado a sus alumnos la abstracta belleza de las ecuaciones, la pureza intangible de los polìgonos y el secreto de los teoremas.
Pero esta profesora, que amaba su materia y asì la enseñaba con ahìnco, tratando de colocar en nuestros cerebros, ese lente poderoso con el cual se estudian algunos misterios del universo. No habìa faltado un solo dìa a sus clases, en el largo transcurso de sus treinta años de docencia. Como consecuencia de esta intachable puntualidad, habìa producido entre nosotros, sus alumnos, un odio hereditario, por ella y su càtedra. Jamàs al toque de campana, dejò de cruzar el corredor, la sañorita profesora.
Sin embargo, una mañana, un temblor estremeciò la escuela. Nosotros nos miramos con asombro. El corredor, no vio pasar la figura magisterial, y el ruido de sus pisadas, no se escucharon por la galerìa.
Nuestras caras, dibujaron una diabòlica sonrisa de satisfacciòn; la señorita comenzaba a declinar. Con esta sensaciòn nos quedamos muy alegres.
Pero, una hora màs tarde, se supo la causa de su ausencia.
¡La profesora habìa muerto!.
En el alma despavorida hìncò sus dientes la consternaciòn, y hasta algunas làgrimas rodaron por nuestras mejillas y tambièn una profunda tristeza en los meandros secretos del corazòn.
Hoy, habiendo pasado muchos años de aquel suceso, la sigo recordando, con la amargura de haber sido una màs de las personas que no supieron apreciar su amor por la enseñanza.
Quiero elevar una plegaria por su alma y por todos los docentes de mi patria y del mundo, para que se comprenda que la exigencia es para nuestro beneficio.
La educaciòn es la base que sustenta una naciòn y a sus habitantes.
¡FELIZ DÌA A TODOS LOS MAESTROS!
De mi paìs y del mundo.
11 de septiembre de 2014
- Autor: Beatriz Blanca (cuartel) (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de septiembre de 2014 a las 15:37
- Comentario del autor sobre el poema: Para mis queridos maestros de hoy y de siempre.
- Categoría: Fecha especial
- Lecturas: 112
- Usuarios favoritos de este poema: Maria Hodunok., El Hombre de la Rosa, Violeta, la negra rodriguez
Comentarios8
GRACIAS BEATRIZ !!!!! AUNQUE REALMENTE LA HISTORIA ES MUY TRISTE, TU RELATO ES MUY BUENO Y TODOS SABEMOS, QUE MATEMÁTICAS, NO ES JUSTAMENTE LO QUE LE GUSTA A LA MAYORIA.
GRACIAS POR RECORDARLA, GRACIAS POR TUS SALUDOS Y SOY LA PRIMERA EN COMENTARTE.
TRISTE, PERO HERMOSAMENTE ESCRITO TU RELATO, AMIGA.
CARIÑITOS DE UNA MAESTRA.
Es un triste recuerdo de adolescente, que me duele en el alma, yo he dado clases y sé cuanto empeño hay en esa tarea. De alguna forma tengo que rescatarme de esa injusticia. Gracias, mi querida María y muy feliz día. Un beso.
Fascinante la historia
momentos de suspenso
trágicos y melancolía
Linda Historia.
Es mi humilde homenaje a una abnegada, profesora que no supe entender en su momento. Hoy la recuerdo con afecto y respeto.
Gracias por tu visita y comentario.
Una hermosura de escrito en el día de los maestros amiga Beatriz...
Muy grata su lectura...
Saludos de amistad y afecto...
El Hombre de la Rosa...
Es algo que me debía a mi misma, hoy que ya me he jubilado, y veo todo a la distancia, comprendo que su existencia fue muy valiosa para mí.
Gracias amigo por su bello comentario. Un saludo afectuoso.
Trsite historia y que pena que siendo als matemáticas una amteria tan fuerte y a la evz importantes los amestros siempre sean mal vistos. los niños inocentes no entienden alhunas cosas, que bueno que le recuerdes y le hagas este homenaje.
besos.
El homenaje es para esa persona en especial y para todos los docentes abnegados. Particularmente no me llevo bien con las matemáticas, pero reconozco que fue una profesora de un nivel extraordinario y no lo vimos en su momento.
Gracias Coronela por su visita. Un gran beso y abrazo.
Que conmovedor relato
que pena que a veces por nuestra juventud
no apreciamos lo que nuestros maestros nos dan
se nos va en juegos o faltar a clases
y al final nos damos cuenta que desaprovechamos
las oportunidades.
abrazos con saludos
un placer pasar por tu espacio mi linda Beatiz
Tienes razón, la juventud no se detiene en esas cosas, muchas veces somos egoístas y pensamos solamente en divertirnos y evitamos esforzar el entendimiento. Los años nos hacen comprender y es tiempo de arreglar un poquito las cosas.
Gracias por pasar y dejar tu huella. Un fuerte abrazo.
Prosa real y sencilla, Beatriz… que sale de tu corazón y llega al corazón del lector.
Un placer leerte.
Un beso
Fue un sencillo homenaje a esa extraordinaria profesora, que no supe valorar en su momento. Gracias por tu presencia amigo.
Lindas letras a la labor docente: saludos y abrazos amiga
Gracias a ti por estar en mis letras. Cariños también para ti pues se que eres docente. Besos y abrazos
Hermoso mensaje amiga (casi me haces llorar), todo un compendio de emociones en esa anecdótica historia que supiste construir bellamente. Todo un homenaje a esos docentes entregados a sus clases. Te felicito y te agradezco haberme dado la oportunidad de aprender de esas historias de ayer, que seguramente serán también las de hoy y las de siempre.
Un abrazo!!!
Gracias por leer mi reivindicación amigo, se lo debía. Era una deuda pendiente y tuve la oportunidad de hacerlo.
Un abrazo.
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