Pedazos de rayo fríos,
atrapados en el corazón
de una flecha muerta.
Ascuas que balbucean por
una bocanada de aire,
por piernas,
por palabras deshidratadas.
Dormitando en un voltio,
en latidos inaudibles,
en espadas oxidadas
y escudos rotos.
Tornado de fuego en una
chispa, en ojos ígneos,
en discursos grandilocuentes
de honor y muerte.
En una célula,
en una semilla,
en un movimiento sobre la cama.
Octavio Adebarán Márquez.
- Autor: Octavio Márquez ( Offline)
- Publicado: 17 de septiembre de 2014 a las 00:17
- Comentario del autor sobre el poema: Muchas gracias por tomarse esta molestia. Espero les guste. Un abrazo enorme.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 30
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
El rojo siempre es un color calido y atrayente aunque lo temamos por su relación con el fuego amigo Octavio...
Un placer leer. tu hermoso poema..
Saludos de amistad
El Hombre de la Rosa
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