Me digo y me desdigo/
En este cuerpo desnudo
quiero la forma de otras manos.
Un piélago desconocido
con aroma a mujer
para que el viento arrastre
otras fragancias del ayer
borradas al polvo del olvido/
Cruzar el aliento finito
hasta que los cuerpos
se hagan mellizos gemidos y
transiten la senda del espasmo/
Después la pausa en la calma,
la cabeza en el sueño
de la almohada
que reconstruye el cansancio/
Me desdigo del recuerdo
y me digo…
Quiero otra porción de ese pedazo,
más bien el todo del precipicio
simultáneo donde está la ostra de pulpa.
Que se desaten las manos,
ya no quiero más compromisos
que la turgencia del cuerpo de paso
dejando huellas húmedas en el tálamo/
.
Me digo y evoco
en la memoria un tiempo prenupcial
que dejo mis huesos mal heridos/
Hoy solo quiero un profundo ombligo,
una piel que rozo con la mano.
Luego el placer y el adiós de la brevedad/
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- Autor: RICARDO MARCELO ALVAREZ ALVAREZ LLANOS ( Offline)
- Publicado: 19 de septiembre de 2014 a las 23:40
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 57
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Mucha filosofia personal en tu lindos versos
Saludos
un gusto verte amigo. te agradezco
Bellas letras. Amigo!!
te agradezco javier. mis saludos
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