Vestiste tu vestido blanco el día que te casaste,
y tus pasos se adornaron con pétalos de rosas,
blancos eran y sobre ellos caminaste,
y llegaste a ser del gremio,las esposas.
Orgullo de conquista manifestaba tu dueño,
y sus ojos lujuriosos no podían disimularse,
esa noche,no habría sueño,
era noche,para amarse.
Los cuerpos se consumieron, con el debido respeto,
y los labios se fundieron en un beso prolongado,
se usaron palabras con todo el alfabeto,
pero todos concluían,en lo amado.
Joven esposa,que abandonaste tanto,
para formar un mundo con tu esposo,
para cubrirte con el mismo manto,
donde él sin duda estaba ansioso.
Hoy te miro y me pregunto:
¿En donde está tu amado?
Y no es que sea mío el asunto,
mas no lo miro a tu lado.
¿Y aquel vestido blanco que luciste primorosa,
tan poco valor le diste que lo haz arrinconado?
no eres mas del gremio,esposa,
sino del grupo,divorciado.
Autor:Bernardo Arzate
- Autor: Bernardo Arzate Benítez ( Offline)
- Publicado: 21 de septiembre de 2014 a las 00:10
- Categoría: Triste
- Lecturas: 78
- Usuarios favoritos de este poema: yudiko, , El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Muy sentimental y triste tu gran poema por las circunstancias de la vida personal de cada uno amigo Bernardo Arzate...
Me agradó leer tus letras...
Saludos de afecto y amistad...
El Hombre de la Rosa
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.