Corta es la vida del ultimo pestañeo

srakkin

Se encendió la oscuridad en el reflejo de la ventana, voltee la cabeza hacia el frente y resaltaron luces rojas que avanzaban como las luciérnagas al otro lado de la ventana, veloces arrancaban de la muerte; luces amarillas, anaranjadas, y el tinte rojo frente de mí que decía  – 95Km/H – enviaba nuestra ubicación tantas veces como en un reloj suizo pasan los segundos, nos espiaban por dormir en movimiento como si fuésemos un fenómeno climático del subcuero, pero todo está bastante alejado de eso, el fenómeno se encuentra en nuestros ojos, no bajo nuestras pieles.

 

 Al comienzo, cuando la oscuridad me encandilo, mire al lado contrario de la ventana, ahí donde las personas con autoridad hacia sus piernas y vejigas bajaban a desahogar sus angustias o a pegarse una fantasía con la aristocracia. El punto es que mire una ventana con las cortinas cerradas, con pliegues cada siete centímetros. Al Pestañar vi una mariposa totalmente estática que al volver a pestañar avanzaba como si mis ojos le echaran cuerda. Me llenaba de alegría saber que no era el único despierto, además es un hermoso vuelo que de huella deja un rastro de sueño. A veces creía que me cantaba para que pudiera dormir. Lo está logrando, me gusta que lo haga porque caigo en paz al abismo.

 

 Pero, luego de un rato, la mariposa empezó a caer por cada pestañeo como si no quisiera vivir, como si me dijese que lo hiciera con más ganas. Comencé a pestañar más rápido ¡Los resultados eran negativos! La mariposa seguía cayendo, más veloz que antes ¡En picada! ¡Maldita mariposa terrorista! ¿Acaso no sabe que en este país hay ley en contra del terrorismo? ¡Maldita sea! Agite mi cabeza por la desesperación de perderla, cerré mis ojos con fuerza para no mandarla al silencio. Sujete mi cabeza con mis manos para detener su fuerte movimiento y no despertar a mi acompañante, abrí mis ojos con cuidado y ahí estaba de nuevo la mariposa tan serena como en un comienzo. El vuelo se iba hasta el techo como si sus fuerzas estuvieran totalmente renovadas ¡No! Incluso mucho más fuerte. Es una alegría saber que puedes salvar a quien quieres con solo no quererlo perder, con el miedo de perder a quien te ha hecho feliz. O por lo menos estar durmiendo cuando fallezca.       

  • Autor: srakkin (Offline Offline)
  • Publicado: 23 de septiembre de 2014 a las 00:06
  • Categoría: Cuento
  • Lecturas: 10
  • Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
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Comentarios +

Comentarios1

  • El Hombre de la Rosa

    Muy encomiables deseos en tu hermoso cuento en prosa amigo Srakkin...
    Un placer haber leido tus letras...
    Saludos desde Torrelavega...
    El Hombre de la Rosa



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