Libar las astas y el oro.
Llevar mi alma a donde bebí el agua por primera vez.
Mecerme en los brazos.
que no hallan mis ojos.
Ser un pecado en la Mitología
y una realidad en la mujer que no camina.
Ella es ella y yo soy su portal.
Me postro ante un lago
y bebo las estelas adormecidas.
Me perfuma un prado.
Un óleo me da su sonrisa silenciosa.
El loto nace entre mis labios
y pregunta por mi elocuencia.
Entonces canto y me marcho...
por el otoño de la novia ausente.
- Autor: Gabriel ( Offline)
- Publicado: 24 de septiembre de 2014 a las 01:57
- Comentario del autor sobre el poema: De los poemas que escribí en 2013, diez años después de ella. En este caso es un escrito inaugural de uno de mis estilos, y por eso puede ser algo sencillo, pero es tan sentido como los demás y, además, junto con los dos primeros que publiqué, es un bloque de la trilogía base de mi libro. Desde acá se lo quiero dedicar a Yamila, mi primera y única novia de la adolescencia, con quien estuve dos meses, y a Evelýn, mi ex-compañera y platónica de siempre.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 128
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, ADOLFO CESAR MARCELLO, Blancalis
Comentarios3
Sicodélicas letras amigo Gabriel
bambam
¿Viste? Trato de salirme de lo convencional siempre que puedo (:
Muchas gracias por tu palabra, por la lectura y por el comentario.
Un abrazo grande desde casa.
Igualmente amigo
Muy hermoso tu poema de amor amigo Gabriel...
Un placer pasar por tu portal...
Saludos desde Torrelavega...
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
Abrazo de amistad grandote para vos, Señor de la Rosa, y muchas gracias por tus reconfortantes palabras.
Bello poema nos compartes, poeta. Un placer leerlo.
Abrazos.
Un placer poder llegarles y compartir mi arte.
Otro abrazo poeta para vos, colega.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.