El preludio fueron tus besos,
tu boca cual batuta virtuosa,
marcó el compás de nuestros cuerpos.
Las pasiones en crescendo,
los sentidos en fuga,
la cadencia marcada por tus caderas
ejecutando cada aria en perfecta armonía;
para llegar al clímax
en una fanfarria interminable
de caricias y jadeos,
finalizando en un arpegio tocado con los dedos.
- Autor: Antonio V. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de septiembre de 2014 a las 15:23
- Categoría: Amor
- Lecturas: 41
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