Nadie escapa su belleza.
Se le escapaban con naturaleza tímida los ‘te amo’ y lo escondía con un beso. Le estaba encontrando el placer a esas palabras y yo, por costumbre de no prostituirlas, me quedaba callada y solo le devolvía el beso. Tenía que esperar cuatro horas para volverla a ver y antes de haberse despedido las ganas de tenerla entre mis brazos desnuda ya estaban entre mis dedos asfixiándome.
- Autor: Amadeus (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de septiembre de 2014 a las 23:49
- Comentario del autor sobre el poema: Microrrelato.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 47
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