Heri la mano
que me ayudo
a levantarme del suelo.
Ella lloro,mas por el dolor
de mi espalda indiferente,
de mi ingratitud.
Y solo me aleje
cual pecador
sin padre nuestro.
Ella llora en mi mente
y me da ganas de gritar
este dolor silencioso y penitente
pero no puedo
aunque una y otra vez cruzan por mi mente
esta procesion de recuerdos y culpabilidad.
Espiritu blasfemo
quieres beber del caliz del perdon
pero la copa q Cristo compartio
ahora esta vacia.
Oh mano empuña ahora ese puñal
que mi cuerpo sera mudo ante su filo
y clavalo muy fuerte y profundo
en mi corazon
deja correr la sed de tu ira
es correcto
es puro
si viene de tus manos.
- Autor: Rigodo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de febrero de 2010 a las 02:21
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 183
- Usuarios favoritos de este poema: Blancalina
Comentarios2
Sin comentariosssssss
las culpas pesan mucho, que bueno que las descargues tan bellamente
un abrazo
taty
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