Es extraño ver cuando se cruzan
los pensamientos de dos amantes,
pasos sin rumbo de caminantes,
verso del escritor y su musa.
Hay veces en las que no se cruzan,
y simplemente se sincronizan.
Malditas, malditas esas veces...
Son malditas porque duelen, hieren,
porque cual raíces -troncos viejos-
se atan, se entrelazan, envejecen;
porque así destruyen los espejos,
los cimientos y las esperanzas.
Esta tarde se sincronizaron
tus latidos, tu temblor, el mío,
y hasta el aire que respirábamos
fue cruelmente el mismo aliento.
Malditas, malditas esas veces...
Malditas por llenar la esperanza
de sueños e imposibles.
Por eso odio las sincronías.
Diego Ramírez Martínez
- Autor: diegoleoo ( Offline)
- Publicado: 30 de septiembre de 2014 a las 01:25
- Categoría: Amor
- Lecturas: 61
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