El hambre te ha comido y el frio te quiebra,
los días te arden en tu sinhogar
las fuerzas te abandonaron como los que te acogieron
piel y hueso con el miedo en la piel
Comienzas a comerte de a poco por no comer nada
y el reloj negro de la arena
que llevás en el cuello, sin collar,
marcan ya las doce.
Cayó pues ante el sol y ante el viento
y no ante el suelo y la sombra
porque eso lo volvería ocioso
y el ocio sólo fuere para los gatos
- Autor: Xavier Silva ( Offline)
- Publicado: 1 de octubre de 2014 a las 04:19
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 34
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Mucha fuerza poetica en tus versos amigo Xavier...
Un placer pasar por tu portal...
Saludos de amistad de críspulo...
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